'Caballeros del zodiaco' se aleja del material original para montar un espectáculo "yanqui", pero el resultado dista mucho de sentirse genuino
Han pasado casi 40 años desde que Masami Kurumada empezara a publicar 'Caballeros del zodiaco' (bueno, 'Saint Seiya') en las páginas de la Shūkan Shōnen Jump japonesa. Desde entonces hemos tenido todo tipo de adaptaciones, secuelas, spin-offs, musical, videojuegos y todo el merchandising que os podáis imaginar. En total han sido 315 episodios televisivos, 141 tomos de manga y seis películas que van desde lo excelente hasta lo horroroso. Pero nunca, en todos estos años, ha aparecido nada tan rotundamente fallido desde su misma base como esta 'Caballeros del zodiaco'.
Ha triunfado el mal
Se puede hacer un paralelismo casi perfecto entre 'Dragon Ball Evolution' y esta película: ambas son versiones norteamericanas que tratan de exprimir una licencia que funciona pero "adaptándola a los gustos del público mayoritario", no consiguiendo que ni los fans ni los novatos disfruten lo más mínimo de la cinta. 'Caballeros del zodiaco' se parece a la obra original lo que una piedra a un rinoceronte, pero no es ese su error. Al fin y al cabo, hay adaptaciones muy libres que acaban siendo increíbles, ¿no?
Su gran metedura de pata es que está formada por un cúmulo de fallos y un acercamiento rotundamente equivocado al mundo de Seiya, Atenea y los Caballeros hecho con un cariño mínimo no ya por el material original, sino por su propia historia. Ya que vas a cambiarlo todo, al menos quédate a gusto, narra lo que tengas que narrar: durante sus casi dos horas de metraje da la impresión de que su director, Tomek Baginski, piensa que todo esto es una patochada que no merece ser tomada en serio... pero tampoco se atreve a tomar el camino de la broma.
El resultado es una película sin alma, corazón ni objetivo, que en el momento que desdeña a los fans y no hace esfuerzos por entender lo que busca el resto de la audiencia queda destinada a la intrascendencia. Al menos las peleas y los efectos visuales no son de tercera división y aseguran unos cuantos minutos entretenidos, pero al mismo tiempo no se diferencian tanto de la acción que hemos podido ver en las series de CW. Por más que los encargados del CGI intenten emocionar con un par de guiños a la serie original, solo consiguen que los 60 millones de dólares del presupuesto luzcan como una décima parte.
Caballero del zodiaco
Hace no tanto, muchos destacamos que 'Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones' hacía las cosas bien al no presentarse como la primera parte de una saga, sino como de una historia con inicio y final que podría o no continuar más adelante. Supone algo tristemente refrescante en un tiempo en el que todo parece obligado a tener un universo propio. 'Caballeros del zodiaco' no solo cae en el error en el que caen tantas primeras partes autoconscientes de su carácter de piloto, sino que además lo subraya a lo largo de la cinta.
Si entras a esta película esperando fantásticos combates entre caballeros protegiendo a Atenea y en busca de sus armaduras doradas, piensa de nuevo: 'Caballeros del zodiaco' podría haberse formulado en singular y sería absolutamente igual. Aparte de Seiya, tan solo otro caballero aparece unos minutos, a pesar de que se hagan referencias al resto de ellos. Parece que rehúyera la épica muy conscientemente, queriendo dejar claro a los espectadores que será a partir de la secuela donde empiece lo bueno.
Por supuesto, el topetazo en taquilla ha sido tal que nunca volveremos a tener una incursión de 'Caballeros del zodiaco' en el cine mainstream. Y es una pena, porque es uno de estos productos en los que el material original es lo suficientemente fuerte y atemporal como para no tener necesariamente que hacer otra cosa tan distinta, tan irracional, tan falsa en forma y fondo: desde unos diálogos que parecen propios de una sitcom noventera hasta unos personajes que no pasan del esbozo, esta adaptación apenas tiene armadura para protegerse de sus propios golpes.
Pura fuerza demoniaca
Tres guionistas fueron necesarios para unir una trama tremendamente simple contada de la forma más compleja posible. Para montar una buena épica, el espectador necesita saber las consecuencias que tendrá el protagonista si no cumple con su misión o falla en su entrenamiento: en 'Caballeros del zodiaco' nunca pasa nada memorable, las muertes generan un encogimiento de hombros y parece que su bandera es la absoluta incomprensión no ya del manga de Kurumada, sino de su propio guion.
Hay cosas que son salvables de la quema, sí. El lugar donde Seiya se entrena es interesante e icónico, y Marin está notablemente bien conseguido: de hecho, el entrenamiento de nuestro héroe es la mejor parte de la cinta (y, pese a todo, no pasa del suficiente). Da la impresion de que a todos los responsables les daba vergüenza tener que estar adaptando un manga y en su lugar prefierieron hacer una película genérica con enemigos clónicos y batallas que, a estas alturas, ya han sido superadas en espectacularidad una y mil veces.
Lo más fascinante es que creyeran, viendo el resultado, que había material para una franquicia. Tras 'Alita', en la que Hollywood parecía haber dado con la piedra filosofal perfecta para adaptar anime sin morir en el intento, 'Caballeros del zodiaco' no se siente solo como un paso atrás, sino como un tropiezo que nos retrotrae a la época de 'Dragon Ball Evolution', donde lo que menos era que Goku fuera al instituto. Lo que más, que la película fuera un absoluto desastre fílmico y una de las peores de los últimos años. Tiene mérito.
Texto:RANDY MEEKS
Foto/Via: Espinof
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