'Invasión secreta' (1x02): Nick Fury busca un "bro" en un intrigante episodio que provee el contexto que nos faltaba en el inicio de la serie de Marvel
Vamos a quitar un poco una tirita: creo que Disney+ se ha equivocado con la emisión de 'Invasión secreta'. Aunque no sé si esto es más culpa de la plataforma o de Kyle Bradstreet como guionista jefe porque uno de los pecados que tiene este thriller de espionaje es que en el primer episodio no hay mucho contexto. Entonces, la serie pide demasiada fe al espectador para que se conecte al miércoles siguiente para seguir viendo esta trama.
El asunto es que los dos primeros episodios funcionan mejor como un todo que como entes independientes para ver con una semana de diferencia. No quiero decir con esto que, de repente, la serie se haya transformado en el potente thriller que queremos que sea. No. Pero sí que, al menos, arroja en estos nuevos cincuenta y poco minutos la intriga que necesitaba.
Por cierto, a partir de aquí spoilers de 'Promesas', el episodio 1x02 de 'Invasión secreta'.
Buscando al socio
Nuevamente dirigida por Ali Salim y escrita ahora por Brant Englestein y Brian Tucker, el episodio comienza con un largo flashback que nos lleva a la relación con Nick Fury (Samuel L. Jackson) con todo el tema skrull. De esta manera viajamos a la 1995 mostrada en 'Capitana Marvel' y a un par de años después, vemos como el superespía monta su red de agentes skrulls refugiados en la Tierra.
Volvemos al presente y estamos en los momentos justo después del grave atentado en Moscú, con Telos (Ben Mendelsohn) "rescatando" a Fury entre todo el caos antes de que la policía le encuentre. En el tren que toman a Varsovia, tenemos todavía más contexto, con la historia de cómo fue destruido el mundo trono skrull... y una revelación que supone una grieta entre los dos amigos: en realidad hay al menos un millón de refugiados cambiaformas en el planeta.
Si hay algo que parece interesar bastante a Marvel con esta serie es este tratamiento del Old Man Fury, del héroe cansado que llega para una "última aventura". Aquí tenemos un nuevo descendimiento del espía, que ya no cuenta con ese aura de figura legendaria que pudo llegar a tener antes del chasquido de Thanos.
Esto se traduce en el que se verá cada vez con menos apoyos. Ni siquiera la visita a pedir ayuda a James Rhodes (Don Cheadle) es fructífera en lo que el ahora agente político tiene que lidiar con fuegos diplomáticos derivados de lo de Moscú. Tampoco es de extrañar porque el argumento principal de Fury se reduce a "somos bros" (los diálogos no brillan demasiado).
Mucho más interesante es la parte de los skrulls, con varias escenas dignas de mención como el cónclave de influyentes personalidades que en realidad son alienígenas y que otorga a nuestro villano Gravik (Kingsley Ben-Adir) la autoridad necesaria para llevar a cabo sus planes.
Unos planes que, tal como vamos descubriendo entre el interrogatorio de Sonya Falsworth (Olivia Colman) a un skrull retenido por los rusos y la propia investigación de G'iah (Emilia Clarke) por su cuenta, parece que el ambicioso plan de Gavik pasa por crear todo un ejercito de Super Skrulls. Para eso, tenemos material en un laboratorio con, entre otros, una muestra del virus Extremis o el brazo de Cull Obsidian.
La verdad es que, más allá de puntuales destellos con alguna conversación interesante por aquí y por ahí o la escena de acción de turno (bastante bien hecha, hay que decirlo), este episodio de 'Invasión Secreta' ha navegado entre lo intrigante y lo alargado. Sigue siendo un thriller muy genérico y correcto, pero no termina de dar argumentos suficientes como para convencernos de seguir viéndola.
Texto:ALBERTINI
Foto/Via: espinof
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