Lo más curioso de Jack Ryan es que parece mentira que tuviéramos que esperar más de tres años entre sus temporadas dos y tres y que su cuarta y última entrega llegue solo seis meses después del lanzamiento de la tercera. Son cosas que pasan cuando al mundo le toca enfrentarse a una pandemia global. Lo importante es que ha llegado el momento de despedirnos de uno de los espías más icónicos de los últimos años, un personaje al que John Krasinski ha interpretado de maravilla como protagonista de una serie que, pese a haber pasado algo más desapercibida de lo que merecía, siempre ha cumplido de forma solvente con lo que prometía; conspiraciones globales plagadas de acción e intriga política, villanos dispuestos a cualquier cosa con tal de salirse con la suya, y una larga lista de aventuras que nos han llevado por todos los rincones del planeta.
A diferencia de las anteriores, las cuales se lanzaron completas, Prime Video ha decidido que esta temporada final se emita de forma semanal, con dos nuevos episodios cada viernes desde este mismo 30 de junio hasta el 14 de julio, fecha en la que terminará la serie. En ella, Jack tendrá que hacer frente a la misión más peligrosa hasta la fecha: enfrentarse a un enemigo en su país y en el extranjero. Wendell Pierce regresa como James Greer; Michael Kelly como Mike November; y Betty Gabriel como la directora en funciones de la CIA Elizabeth Wright. Junto a su protagonista, los tres mejores personajes de la ficción. También los más carismáticos. Pero ojo que también vuelve Cathy (Abbie Cornish), la pareja de Jack, ausente desde el final de la primera entrega.
Con la CIA sumergida en una necesaria época de cambios, está última temporada arranca con Jack y Elizabeth luchando por limpiar la imagen de la agencia y demostrar que son la elección idónea para hacerse cargo de forma definitiva de la dirección de la misma. Pero tanto el legado de sus predecesores como la mochila heredada son complicadas de gestionar. Por ejemplo, ¿cómo es posible que los máximos responsables de la CIA desconozcan la existencia de múltiples misiones dirigidas y subvencionadas por sus agentes? Eso es lo que se pregunta el Presidente Bachler (David Bedella), consciente de que a Jack y Elizabeth aún les quedan muchas batallas que librar si quieren acabar cumpliendo sus nobles propósitos de volver a convertir a la agencia en una organización hecha para defender a todos y cada uno de los ciudadanos estadounidenses. Su primer y principal escollo será el Senado. Quedan dos semanas para la vista en la que se decidirá si son nombrados oficialmente como directora y director adjunto de la CIA y la incertidumbre sigue siendo protagonista.
A su vez, Nigeria está ocupando las portadas de todos los informativos a raíz de una profunda crisis nacional generada por una operación encubierta que podría dejar en evidencia la vulnerabilidad actual de los Estados Unidos. Pero esta misión es solo la punta del iceberg, algo que pronto descubre Jack cuando recibe el encargo de destapar la corrupción interna que está sacudiendo los pilares de la CIA. Su investigación pone en marcha una trama que una vez más transportará por varios países y continentes, con el foco puesto especialmente en Birmania y Yucatán (México). Con Domingo Chavez (Michael Peña) como principal novedad en cuanto a sus aliados, Jack y su equipo investigan hasta dónde llega la corrupción, descubriendo una realidad mucho peor de la esperada: la convergencia de un poderoso cártel de la droga con una ambiciosa organización terrorista, lo que revelará una conspiración mucho más próxima que pondrá a prueba la fe de nuestro héroe en el sistema que siempre ha luchado por proteger. Michael McElhatton (Game of Thrones) interpreta a Bill Tuttle, un misterioso antagonista que jugará un papel fundamental en todo esto.
Una vez más, toca salvar al mundo de una catástrofe a gran escala, lo que a la práctica viene siendo el día a día de Jack Ryan. Cargado de patriotismo y con el poder del guion siempre a su favor, fallarle a su país nunca es opción. En parte, ahí está la gracia de las series de este estilo. Los buenos van a ganar en 99 de cada 100, lo divertido es ver cómo lo consiguen. Y si por el camino nos regalan una buena dosis de acción mucho mejor. Hay que recordar que hablamos de uno de los grandes éxitos de Prime Video; una producción a gran escala que se ha ganado el cielo por méritos propios. Más les gustaría a ‘The Terminal List’ o ‘Reacher’ parecerse un poco a ella. El episodio que cierra la serie es una maravilla, sesenta minutos capaces de abarcar todos los elementos y situaciones que la han convertido en lo que es.
Al final, ‘Jack Ryan’ se despide dejando un buen sabor de boca. No ha sido ni mucho menos su mejor temporada, además de la más corta de las cuatro, pero lo que ofrece es suficiente como para cerrar esta primera parte de una franquicia llena de potencial e historias para contar que podría continuar de muchas maneras. Amazon Studios lleva tiempo trabajando en un spinoff centrado en la figura de Domingo Chavez. Veremos. Michael Peña no tiene ni el carisma ni la presencia de John Krasinski, pero podría funcionar. Sobre todo si se trata de una especie de continuación en la que se mantenga el resto del reparto actual. Esta última entrega hace un trabajo bastante eficaz a la hora de introducirnos a Chavez, otro especialista en combate y demás trabajo de campo, algo más despiadado que Ryan, al que poco a poco se le va cogiendo cariño y admiración con el paso de los capítulos. En una época en la que las plataformas de streaming se están empezando a obsesionar con explotar al máximo las sagas de su propiedad, continuar expandiendo el universo televisivo basada en la obra de Tom Clancy debería ser casi obligatorio.
Solo me quedar dar las gracias a todos los involucrados por estas cuatro temporadas tan entretenidas. Ha sido un gustazo y personalmente echaré mucho de menos a estos personajes con los que tanto he disfrutado. Espero que sea un hasta pronto.
NOTA DE LA TEMPORADA: 8/10
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