'Invasión Secreta' (1x06): un final de miniserie apresurado en el que una batalla espectacular no compensa que Marvel siga en modo hacer tiempo desde 'Vengadores: Endgame'


 El Universo Cinematográfico de Marvel no pasa precisamente por su mejor momento. De hecho, lo más justo sería decir que esta enorme franquicia nunca había mostrado tantas dudas a lo largo de sus 15 años de existencia, algo especialmente perceptible en la respuesta del público ante la mayoría de sus últimos lanzamientos. 'Invasión Secreta' no ha sido una excepción, pues esta miniserie protagonizada por Samuel L. Jackson ha pasado mucho más desapercibida de lo que nadie habría dicho hace apenas unos años.

Como recordaréis, yo quedé bastante satisfecho con sus primeros episodios, ya que se apostaba por un enfoque más serio y daba la sensación de que había un camino claro que seguir a lo largo de sus seis capítulos. No ha sido el caso, ya que 'Invasión Secreta' ha acabado sufriendo como resultado de la tendencia de Marvel de ir tocando cosas hasta el último momento. Eso nos ha llevado a un desenlace apresurado en el que es cierto que hemos tenido una batalla espectacular, pero más allá de eso ha sido un cierre decepcionante que transmite la idea de que lo que podría haber sido una gran revolución se ha quedado en muy poquita cosa.

Cuidado con los spoilers a partir de aquí

Un cierre decepcionante

Es verdad que ya el final del quinto episodio daba la sensación de que iba a ser imposible cerrar todos los frentes abiertos de forma satisfactoria, pero es que luego parece como ni siquiera lo hubiesen intentado. Si hay un episodio en el que darte el lujo de una duración extra para dejar con buen sabor de boca al espectador, ese era 'Hogar', y a la hora de la verdad ha empatado con 'Armado' (1x04) como el más corto de toda la temporada, pues apenas empezado el minuto 33, ya aparecen los títulos de crédito finales. Y no esperéis sorpresa alguna durante o después de los mismos.

Lo cierto es que ya antes se plantan las semillas que ya veremos si Marvel recoge o acaba dejando en el olvido, con el hecho de que el personaje de Emilia Clarke ahora es una superskrull con todos los poderes que ha conseguido de Los Vengadores. Eso da pie al momento álgido de 'Hogar' con la batalla entre G'iah y Gravik (Kingsley Ben-Adir), donde el uso de las habilidades a las que tienen acceso da un toque extra de emoción a una batalla que, eso sí, todos teníamos muy claro cómo iba a acabar. No le habría venido mal ser un poco más larga, pero a cambio no hay altibajos extraños con los efectos especiales, algo demasiado habitual en Marvel, y cumple con creces su objetivo.

Por lo demás, el final de 'Invasión Secreta' se siente más como una mera estación de paso que como un verdadero cierre para la historia que nos está contando. De repente es como si Gravik y el suplantador de Rhodes (Don Cheadle) fuesen los únicos peligros reales de esa rebelión contra la humanidad y ahora simplemente se hayan cambiado las tornas con esos vigilantes intentando dar caza a los skrulls, sin importar los errores que cometan por el camino. Lo que debería ser un escenario desolador y con claras implicaciones morales y emocionales se sienten más como una mera forma de dar otro objetivo a Nick Fury para seguir luchando.

Emilia Clarke Invasion Secreta

Y es que prácticamente todo en 'Hogar' se siente como una forma cómoda de intentar pasar página. Un buen ejemplo de ello lo tenemos en una escena que debería rebosar tensión como esa en la que el presidente interpretado por Dermot Mulroney se debate entre creer lo que está diciendo Rhodes o lo que le asegura Fury y que acaba siendo otro ejemplo de por qué este final de miniserie se siente apresurado y sin el vigor dramático necesario.

De hecho, ese discurso del falso Fury diciendo que acabó agotado y que el chasquido de Thanos lo sintió más como una oportunidad para descansar en paz que otra cosa era lo que ofrecía más posibilidades de llevar a algo jugoso, pero todo acaba siendo una farsa. No quiero decir que toda la miniserie lo haya sido, pero el hecho de que todos los secuestrados con poder por parte de los skulls sean liberados y la cosa vaya a quedarse sin grandes repercusiones reales más allá de las bajas de Maria Hill (Cobie Smulders) y Talos (Ben Mendelsohn) parece otro movimiento más para que Marvel gane tiempo mientras termina de decidir qué es exactamente lo que nos está contando tras el cénit que supuso 'Vengadores: Endgame'.

Sé que quizá estoy sonando demasiado negativo, porque lo cierto es que el episodio no se hace aburrido, todo lo relacionado con la historia de Fury y su esposa sí que logra esquivar la sensación de rutina y todas las apariciones de Olivia Colman son una pequeña alegría -y eso que su personaje con el paso de los episodios ha ido perdiendo progresivamente ese aura de estar pasándoselo pipa con todo lo que hace-, pero no puede ser que una propuesta así vaya de más a menos, porque al principio era una Coca Cola bien fresquita y al final era como si hubiese perdido todo el gas y estuviese casi a temperatura ambiente, algo que ha pasado ya con varias de sus series. Y si eres uno de los mayores fans de ese sabor, igual te da igual, pero al resto...

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Foto/Via: Espinof

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