'The Killer' es la anti-John Wick: David Fincher esconde una brillante comedia en su nuevo thriller... que puede estomagarse fácilmente | Festival de San Sebastián 2023


 En 1903, el célebre plano final de 'El gran robo del tren' mostraba a uno de los forajidos disparando directamente a cámara, poniendo al espectador en el lugar de la inocente víctima del malvado verdugo. Desde entonces, los asesinos nos han fascinado en cada una de sus facetas cinematográficas, desde la muerte personificada en 'John Wick' hasta las acrobacias ninja de 'Kill Bill' pasando, claro, por la comedia inherente a las secuelas de slashers como 'Muñeco diabólico' o 'Pesadilla en Elm Street'. Ahora, David Fincher hace suya esta fascinación, pero la reacción es mucho menos rotunda de lo que imaginábamos.

No cometer errores

Los primeros minutos de 'The Killer' son una maravilla. Michael Fassbender, mirando por una ventana las calles de París, comienza un monólogo en voz en off que le acompañará a lo largo de toda una película diseñada abiertamente para, aunque no lo parezca, reírse de él. Y es que la clave de la película de Fincher está en un protagonista que se cree interesante, temible y mordaz pero que, en realidad, es un folio en blanco con una pistola que no deja de ser ridiculizado por un montaje magnífico mientras sigue el rastro y cumple con la misión que se ha autoimpuesto.

Pero, al mismo tiempo, la película cae en el mismo error que pretende caricaturizar. Al igual que su protagonista, se cree más inteligente de lo que es, planea su plan sin errores y, al final, nos encontramos de bruces con una hoja en blanco que, una vez ha expresado sus intenciones, no tiene nada más que contar excepto una repetición exhaustiva de la misma escena: llegar a un sitio, encontrar a la persona que matar, matarla y continuar.

Killer

Todo ello acompañado de este monólogo en off que pone en marcha la trama pero después solo sirve para darle vueltas al mismo concepto: lo mucho que este señor se quiere a sí mismo, lo desapegado que está emocionalmente de quien dice querer, la mediocridad que personifica. Es una vuelta de tuerca al concepto de John Wick y el ángel de la muerte, en realidad: el asesino, que ni siquiera tiene nombre (el chiste final de Fincher, que ni siquiera le otorga ese gramo de personalidad), es aburrido y sonoramente apersonal. Por utilizar un meme hispano, en su cabeza era espectacular.

Bang bang

'The killer' es fría como un témpano. Tiene que serlo, claro, no le queda otra. El resultado de esta helada emocional dependerá de la persona. En general, la película de Fincher está destinada solo a causar dos tipos de reacciones: los más grandes fervores y la indiferencia más absoluta. Los fans de The Smiths, eso sí, están ante un festín: la banda sonora del grupo consta, básicamente, de canciones cantadas por Morrissey y los suyos. Y es solo la guinda del pastel auditivo que la cinta nos regala.

Killer

Desde el primer momento, lo que Fincher hace con el sonido es absolutamente único, jugando con los puntos de vista en primera y tercera persona, entre lo increíble y lo patético, lo metódico y lo ridículo. El juego es, probablemente, el más divertido de una película, por otro lado, excesiva dentro de su aparente neutralidad y que no puede evitar caer en la reiteración de sus escenas y métodos narrativos.

Por otro lado, ¿realmente tengo derecho -lo tiene acaso cualquiera- a quejarme de algo a lo que la película está jugando de forma consciente? 'The Killer' tiene estructura de mal videojuego y un personaje principal sin carisma, pero es que no pretende ser ni un baño de violencia ni presentar a un demonio vengador repleto de glamour y que vive solo para regodearse en la violencia: el director se muestra cínico, crítico y no tiene problema en señalar con el dedo y reír de forma sutil. Esto no es tampoco 'Killer Movie' ni tiene pretensión de parodia, al fin y al cabo. De hecho, es un thriller con todas las de la ley. Y eso juega en su contra cuando parece que se quiere tomar en serio a sí misma.

Take me out tonight

Como digo, esta va a ser una película que genere opiniones muy contrarias. Por un lado es brillante en su concepción y tiene una edición, una dirección y un sonido abrumadores. Por otro, la broma se acaba demasiado pronto y lo que queda es una quíntuple repetición del mismo concepto sin aportar nada nuevo a la tesis inicial. Un martilleo continuo al que no ayuda la voz en off que se repite una y otra vez. En cuanto se pillan las intenciones de Fincher y el humor de la cinta se torna obvio, 'The Killer' nunca deja de ser divertida... pero siempre mirando el reloj para ver cuándo llega el final.

Y cundo se acerca, como no puede ser de otra manera, el director rehúye cualquier posibilidad de redención o de glamour para un tipo que se cree interesante y sarcástico pero solo es la pieza más débil y reemplazable de una cadena en la que no le queda otra que sentirse vital. Pero él no es John Wick. Su presencia no causa terror inmediato. Nadie se arrodilla a su entrada. Es Fincher metiendo el dedo en el ojo a un género y a un tipo de personaje estándar bajo la excusa del thriller frío y violento. Y funciona. Pero.

En última instancia, 'The Killer' es una película dirigida con inteligencia por alguien muy consciente de que sus seguidores no aceptaron bien su intento de hacer cine estirado en 'Mank'. Y lo cierto es que, una vez se entiende la propuesta, es divertida, funciona, el ritmo es innegable y la banda sonora acompaña. Pero es, al mismo tiempo, extenuante, con una voz en off que supone un martillo pilón que solo subraya la ya de por sí cansina repetición constante del formato. Se entiende lo que quiere hacer, el chiste es brillante, la dirección fabulosa. Pero, de alguna manera, nunca termina de funcionar. Y es una pena.

Texto:Randy Meeks

Foto/Via: Espinof

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