68 Seminci - Parte III


 Bienvenidos a la tercera de las crónicas que iremos dedicando día tras día a la edición número 68 de la Seminci - Semana Internacional de Cine de Valladolid, la primera que cubriremos desde El Séptimo Arte.

'El amor de Andrea' - Una película poco concluyente. Manuel Martín Cuenca se queda a medias con este bienintencionado y voluntarioso drama de corte naturalista que no logra hacer valer su planteamiento de producción. Cuando trabajas con actores no profesionales, en especial tan jóvenes con la intención de captar el momento requieres de un guión, una dirección, una interpretación o algún otro elemento realmente rotundo que marque la diferencia. Nada es malo de por sí, pero sí se percibe como parte de un todo excesivamente mecanizado y encorsetado. De esta manera, se presenta como un filme cohibido y apocado que no es capaz de proyectar el dramatismo de su historia, haciendo de su naturalismo una fachada fría y distante que no hace mella ni en Cádiz ni en ninguna otra parte. ******


'Teresa' - Vuelve la directora de 'La novia' con un nuevo filme, de nuevo sobrecargado que relata una historia en la práctica muy sencilla narrada, otra vez, con una estilizada teatralidad visual que, otra vez, exige un tiempo de reposo y meditación. 'Teresa' podría ser lo que es: Una obra de teatro entre dos personas que discuten sobre la fe en tiempos pretéritos. Un duelo aparentemente a muerte entre Blanca Portillo y Asier Etxeandia que luego no es tan fiero como lo pintan. Y así, entre palabras y ensoñaciones, 100 minutos supervitaminados y mineralizados muy distraídos -aunque no se sepa muy bien por qué- que en consonancia con la película, ni nos harán creer ni nos harán dejar de creer. Al fin y al cabo de eso se trata, de una cuestión de fe a merced de las conclusiones que cada uno quiera o pueda sacarle. ******


'Desconocidos' - Es complicado enfrentarse a un filme como este y salir tan fortalecido. Es casi un milagro lo que Andrew Haigh logra con esta desgarradora y demoledora parábola sobre el dolor, la pérdida, la madurez, el trauma, la familia, el amor o la soledad. Un auténtico ejercicio de malabarismo emocional y narrativo que si funciona es, además de por las excelentes actuaciones de su cuarteto protagonista o por su exquisito montaje, por la extraordinaria delicadeza y sensibilidad como cineasta de Haigh, quien desarrolla su tesis con una honestidad, cercanía y claridad realmente abrumadoras. Sorprende, sobre todo, la facilidad con la que logra materializar y dotar de credibilidad a una premisa en apariencia tan absurda que sin embargo se nos clava en el corazón, en el alma y en la cabeza. ********


'El cielo rojo' - Christian Petzold presenta una comedia dramática sobre la creatividad, la vanidad y ese tipo de cosas muy ligera, tanto en lo bueno como en lo no tan bueno que no es especialmente cómica ni dramática. Es donde, precisamente, reside el incisivo encanto de esta especie de cruce metalingüístico entre Eric Rohmer, François Ozon y Woody Allen sobre un joven novelista un tanto desagradable incomodado por la tensión sexual que aporta Paula Beer; en la sutileza ingrávida que esconde su aparente y fluida sencillez. Es cierto que los apuntes tragicómicos ni eran del todo necesarios ni terminan de encajar del todo en el tono del relato, pero imprimen carácter a esta experiencia que se degusta de la misma agradable y distendida manera que un tinto de verano en un chiringuito con vistas al mar. *******

Texto: Por Juan Pairet Iglesias                              Foto/Via: El séptimo arte

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