Una película prefabricada que va de guay. Eso es en resumen 'Awareness', una de tantas producciones que en los últimos 24 años se han visto influidas de alguna manera por 'Matrix'. Y una de tantas producciones que en los últimos 24 años han intentado explotar su estética sin (querer molestarse en) entender lo que la hacía especial. Lo que hace especial en realidad a cualquier película, en especial a las de ciencia ficción: Un por qué que además de dar bien en cámara, también nos estimule como personas de carne y hueso de alguna manera.
'Awareness' es postureo hueco a lo 15 segundos de Instagram o TikTok. Una bonita fachada bajo la que se esconde un producto en el que pasa lo que pasa porque el cine es así. Porque siempre hay un elegido, una chica, un villano y ese tipo de cosas. Y porque en las fantasías varoniles siempre se resuelve todo a hostias. Esas cosas que pasan aunque no sepamos por qué pasan. O más bien, no sepamos por qué nos deberían de importar que pasen (porque sí). Como ver a dos extraños despedirse en una estación de tren con lágrimas en los ojos.
Pues vale, pues que pena, ¿no?
'Awareness' es una ligera, plana e inofensiva distracción "cool, bro" que pueda servir como excusa para relacionar las escenas de acción, las cuales cabe decir que dan el pego y salvan la función. Aunque su propia dinámica rutinaria y desapasionada nos anime a que nos de igual hacer como que todo tiene sentido y todos esos rollos de "boomers". Como todo lo demás, que por más que como plato precocinado nos pueda saber a plástico nos puede valer para comer un día sin más exigencia que comer. Sin más exigencia que la de ser... contenido.
Porque algo hay que comer, algo hay que hacer, algo hay que ver mejor que que quedarnos a solas y en silencio con nuestra circunstancia.
Por Juan Pairet Iglesias
Foto/Via: El séptimo arte
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