El Macartismo vuelve a Hollywood tras el despido de Melissa Barrera de la saga 'Scream': la industria se posiciona a favor de Israel y toma represalias contra quienes apoyan a Palestina
Hay ciertas corrientes de pensamiento que sugieren que todo en esta vida es cíclico y que la historia tiende a repetirse. Está claro que todo vuelve, desde cosas tan superficiales como algún tipo de prendas en el mundo de la moda hasta peligrosas corrientes políticas que creíamos haber dejado atrás hace décadas, incluyendo lo que parece ser una suerte de resurrección del Macartismo que golpeó con dureza Hollywood durante la primera mitad de los años 50.
En esta ocasión, lo que podría parecer una caza de brujas, se aleja de la paranoia anticomunista que marcó el día a día de los Estados Unidos inmersos en la Guerra Fría para centrarse en el tristemente longevo conflicto entre Israel y Palestina, recrudecido tras los ataques de Hamas en territorio israelí el pasado 7 de octubre y la desmedida respuesta del gobierno de Benjamin Netanyahu en la franja de Gaza.
Durante las últimas horas han trascendido varias noticias que evidencian lo que parece ser una clara tendencia en la Meca del cine y un obvio posicionamiento de los grandes estudios frente a lo que muchos tildan de genocidio. Acciones a modo de represalias contra aquellos intérpretes y profesionales que han decidido alzar la voz a favor del pueblo palestino, denunciando una situación no sólo señalada por particulares, sino por organismos internacionales.
Toma de represalias
El primer caso en concreto tiene como principal perjudicada a Melissa Barrera, la actriz que dio el salto a las primeras ligas con su trabajo en 'En un barrio de Nueva York' y que ha sido pieza clave en la nueva etapa de la saga 'Scream', habiendo participado en su quinta y sexta parte. Barrera estaba contratada encabezar reparto de la próxima 'Scream VII', pero la productora Spyglass ha decidido prescindir de sus servicios después de unas publicaciones en las que se posicionaba a favor de Palestina.
En estos mensajes, publicados en su cuenta de Instagram, podían leerse misivas como "Yo también vengo de un país colonizado" —texto acompañado de una bandera mexicana— o "Palestina será libre", siendo uno de los posts más duros en el que figura este texto:
"Gaza está siendo tratada como un campo de concentración. Arrinconar a todo el mundo junto, sin ningún sitio al que ir, sin agua ni electricidad... La gente no ha aprendido nada de nuestra historia. Y justo como ocurrió en nuestra historia, la gente está mirando cómo ocurre todo en silencio. ESTO ES UN GENOCIDIO Y UNA LIMPIEZA ÉTNICA".
Según ha explicado a Variety un representante de Spyglass, estos mensajes han sido considerados como antisemitas por el estudio, motivo por el que Barrera ha sido apartada de la producción:
"Tenemos tolerancia cero con el antisemitismo o la incitación al odio en cualquier forma, incluyendo referencias falsas al genocidio, la limpieza étnica, la distorsión del Holocausto o cualquier cosa que cruce flagrantemente la línea hacia el discurso de odio".
Christopher Landon, director de 'Scream VII', se ha limitado a comentar la polémica con un escueto mensaje: "Esta es mi declaración: 💔 Todo apesta. Dejad de gritar. Esta no ha sido mi decisión”.
Por desgracia, el caso de la mexicana no ha sido el único que ha aflorado durante las últimas horas. El medio Deadline publicó recientemente en exclusiva que la agencia UTA había eliminado a Susan Sarandon de su lista de clientes después de que la ganadora del Óscar por 'Pena de muerte' después de que hiciese "comentarios controvertidos" en una manifestación pro-palestina en la ciudad de Nueva York, tal y como ha afirmado un portavoz de la compañía.
Entre ellos, se destaca uno en el que Sarandon afirmaba lo siguiente:
"Hay mucha gente con miedo por ser judía hoy en día, y están probando lo que se siente al ser musulmán en este país".
El de Sarandon es el vivo ejemplo del impacto que está teniendo manifestarse públicamente en contra de la gestión israelí —que no del pueblo judío— en lo que respecta a Gaza y Cisjordania ya no sólo dentro del gremio interpretativo, sino dentro de unas agencias de representación que están tomando decisiones cuando menos controvertidas en la gestión de sus clientes y empleados más reivindicativos públicamente.
El pasado mes de octubre, la codirectora de la división de cine de CAA Maha Dakhil fue relevada de su puesto después de repostear una historia de Instagram en la que podía leerse "Ahora sabemos quién apoya el genocidio", además de publicar otras con misivas como "¿Qué es más descorazonador que presenciar un genocidio? Ser testigo de la negación de que ese genocidio está ocurriendo".
Por suerte para Dakhil, su cartera de clientes incluye nombres como los de Tom Cruise, quien se posicionó a su favor tomando la inusual decisión de presentarse en persona en las oficinas de CAA para respaldar a su agente, reuniéndose con ella el 15 de noviembre. Tras esto, la empresa permitió a la profesional continuar con sus funciones como agente, aunque no reincorporarse a la junta directiva.
La otra cara de la moneda
Este desafortunado trío de ejemplos llegan después de que otros profesionales de Hollywood hayan vertido opiniones no menos controvertidas posicionándose no sólo a favor de Israel, sino directamente del sionismo, sin haber tenido represalias más allá de las críticas de rigor en redes sociales. Amy Schumer ha protagonizado uno de los casos más polémicos ubicados en esta suerte de otra cara de la moneda.
Poco después de los ataques del 7 de octubre, la cómica y actriz compartió un vídeo con grabaciones de los atentados que acompañó del siguiente texto:
"Los judíos son el único grupo al que no se le permite defenderse. Esto no tiene nada que ver con la ocupación. Hamas no quiera acabar con la ocupación. Quieren erradicar a Israel".
En otro de sus posts más recientes —ahora eliminado, pero rescatado en X— compartió una viñeta con presunta intención satírica y generada con inteligencia artificial en la que un grupo de manifestantes pro-palestina portan pancartas con lemas como "Los gazatíes violan chicas judías en defensa propia", "La decapitación es resistencia" o "Arded, bebés, arded", esta última en alusión a la noticia sobre el asesinato de 40 bebés difundida por el ejército israelí pero sin constatación por parte de medios de comunicación.
En su defensa, Schumer escribió en Instagram —en otra publicación eliminada— que es "una mujer judía orgullosa" y que "ha perdido muchos amigos en las últimas semanas" pero se siente "orgullosa y libre sabiendo que defiende la verdad y siempre luchará por ella".
Para finalizar, el otro gran foco de atención durante las últimas semanas ha sido Noah Schnapp, la estrella de Stranger Things, que apareció en un vídeo junto a unos amigos riendo y grabando a su alrededor mientras muestran pegatinas en las que se lee "Hamas es ISIS" y "El sionismo es sexy"; contenido que incendió unas redes en las que se pidió el boicot a la quinta temporada de la serie de Netflix y se comparó el caso con el de la modelo Bella Hadid, quien afirmó en el podcast The Rep que varias compañías han dejado de colaborar con ella a raíz de su posicionamiento a favor de Palestina.
A juzgar por lo expuesto hasta ahora, podría decirse que actualmente existe una especie de doble rasero en Hollywood y en una Estados Unidos aliada histórica de Israel en cuanto a su reacción frente a opiniones públicas acerca del conflicto. No obstante, y por cerrar este texto con una pequeña nota de humor —si es que puede tener cabida en un tema como este—, puede que el vídeo de Schnapp y sus famosas pegatinas nos den una de las grandes claves de todo esto: Estamos en el año 2023 y seguimos confundiendo el antisemitismo con el antisionismo, y a Nelson Mandela con Morgan Freeman.
Texto: Víctor López G. Foto/Via: Espinof
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