Aquella vez que secuestraron a Brad Pitt, le pusieron un traje de gorila y le atropellaron con un kart (y disfrutó cada segundo)
Soy Brad Pitt y esto es Jackass
En 2002, Brad Pitt tenía 39 años y era una de las mayores estrellas del cine (igual que ahora, por otro lado). Por aquel entonces aún estaban recientes obras como 'El club de la lucha', 'Snatch', 'Ocean's Eleven' o 'Siete años en el Tíbet', había estado nominado una vez en los Óscar (por su increíble papel en '12 monos', por el que ganó el Globo de Oro) y forraba todas las carpetas del mundo. Podía hacer lo que quisiera: estaba casado con Jennifer Aniston, acababa de aparecer en la serie más exitosa de la televisión de inicios de siglo ('Friends') y todo el mundo reconocía su cara. Y entonces, pidió, por favor, ir a 'Jackass'.
Hoy por hoy, donde lo más arriesgado que hace un famoso es comer alitas picantes, los representantes del actor le habrían prohibido acercarse a menos de cien metros de Johnny Knoxville, pero entonces eran otros tiempos. Pitt, básicamente, se puso en manos del equipo del programa durante una noche, que nunca había tenido la responsabilidad de cuidar a una superestrella. Y sin embargo, fue él el que forzó la maquinaria.
Según contó Johnny Knoxville en Hot Ones (precisamente, el programa de las alitas picantes), el actor estaba preparado para todo, aunque ellos pensaban tratarle de forma especial, para no herirle. "Pero no le importó, quería hacerlo. Fue el primero en medio de la calle, nosotros estábamos en plan '¡No, no, no, no! ¡No hagas eso!', pero le dio igual". Y así es como Brad Pitt acabó siendo secuestrado en mitad de Los Angeles.
Secuestro pactado
Una tarde de 2001, la estrella más famosa del mundo se puso en la cola para pedir un perrito caliente en Pink's, un lugar histórico de La Brea abierto desde 1939 donde siempre hay gente esperando. De pronto, un grupo de personas con máscaras de hockey le cogieron, le secuestraron y le metieron en una camioneta sin que nadie sospechara lo que estaba pasando. De hecho, hubo gente que incluso llamó al 911 para denunciar el secuestro, a plena luz del día, de Brad Pitt. Obviamente era todo un espectáculo de cámara oculta, pero la actuación es digna de Óscar.
Después, a lo largo de la noche, les dio tiempo a hacer otro sketch más: disfrazados con trajes de gorilas, Pitt y el resto del equipo de 'Jackass' fueron por la ciudad, se atropellaron los unos a los otros montados en karts -idea, por cierto, del propio actor-, jugaron con carritos... Solo al final del sketch se quitaba la máscara para descubrir bajo ella al actor de 'Seven', para sorpresa de los espectadores. Solo a este equipo se le ocurriría tener a la mayor estrella del mundo y ponerle una máscara encima. En total, esa salida nocturna fue troceada en tres episodios de la tercera temporada (del séptimo al noveno) y aún ahora es recordada como el cameo más espectacular de la historia del reality.
Como hemos comentado, la idea de que participara no surgió de una reunión entre dos equipos de márketing, sino del propio actor: simplemente tuvo que decir que quería hacer algo con ellos y ellos se inventaron la manera de meterle, como fuera, en la producción del último capítulo de la temporada... que, a la postre, supuso también el final de la serie antes de las películas y los spin-offs.
Aún ahora, Bam Margera -que recibió un mensaje del actor el día que su mejor amigo, Ryan Dunn, falleció- cree que 'Jackass' hizo un favor a Brad Pitt porque "le convirtió en algo guay", algo bastante dudoso vistas ambas trayectorias. Simplemente, las dos cosas con tendencia más ascendente de inicio de milenio se juntaron de manera explosiva. Obviamente, la estrella de Hollywood, tras cumplir su sueño, no volvió a salir en nada relacionado con la franquicia... y menos aún ahora que ha cumplido 60 años y tiene que empezar a cuidarse. Felicidades, Brad. En un día como el de hoy, no podemos olvidarnos de tu secuestro. Cómo hacerlo.
Texto: Randy Meeks Foto/Via: Espinof
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