'El peor equipo del mundo' es la película menos divertida de Taika Waititi. Una inofensiva comedia deportiva en la que destaca Michael Fassbender
Taika Waititi ha hecho carrera en el mundo del cine gracias a su extravagante sentido del humor, algo que incluso sirvió para que Marvel confiase en él para hacer dos películas de Thor. Luego sus películas gustarán más o menos a cada espectador, pero su uso de la comedia es muy identificable y no hay nadie actualmente que saque adelante largometrajes realmente comparables a los suyos.
Eso sí, dentro de la filmografía de Waititi también hay películas mucho más inspiradas que otras, y mucho me temo que 'El peor equipo del mundo' lidera el furgón de cola. Con un enfoque que recuerda a 'Campeones', pero cambiando a personas con discapacidad intelectual por un lamentable equipo de fútbol de la Samoa Americana, el cineasta australiano ofrece aquí la cinta menos divertida de su carrera.
Poquita cosa
'El peor equipo del mundo' nos recuerda desde el primer momento que se trata de una película basada en hechos reales, pero también que embellece algunos detalles para intentar ofrecer así una película más estimulante. A la hora de la verdad da la sensación de que cualquier cambio que pueda haber introducido ha sido para potenciar ese tipo de comedia que tanto le gusta a Waititi o para introducir una dosis extra de corazón al relato para así enganchar más al espectador.
En lo primero resulta justo decir que 'El peor equipo del mundo' tiene varios momentos que arrancarán como mínimo una sonrisa al espectador. En su mayoría se deben a ese recurso tan efectivo de incidir en lo perdedor que era ese equipo y lo asumida que estaba su condición en todas partes, incluso por parte de los propios jugadores.
Sin embargo, solamente puedes llegar hasta un punto en el que la entrañable narrativa del perdedor se vuelve redundante, tanto por la comparación con otras películas deportivas que echan mano de una estructura similar como por el hecho de que llega un punto en el que puede parecer más que te estás riendo de los protagonistas que con ellos.
Ahí sobresale la figura de Michael Fassbender, quien está muy inspirado cuando tiene que centrar su interpretación en lo mucho que odia el mundo y lo poco que está disfrutando teniendo que entrar a ese equipo poco menos que obligado. No es que Waititi vaya más allá de lo que uno esperaría que haga una comedia con ese tipo de personaje, pero es un gancho que suele funcionar y justo eso es lo que sucede en 'El peor equipo del mundo'.
Donde Waititi está bastante menos inspirado es en el componente más sentimental, pues es cierto que el personaje de Oscar Kightley aporta ese toque de emoción extra para que al público pueda interesarle más que el equipo protagonista logre al menos meter un gol, pero el resto de elementos no terminan de estar bien integrados y acaban jugando en su contra en lugar de redondear la función.
Un claro ejemplo de ello lo tenemos con su forma de abordar la historia de Jaiyah Saelua, quien se convirtió en 2011 en la primera jugadora de fútbol transgénero en jugar las Eliminatorias de FIFA para un Mundial de fútbol. Su historia debería sentirse inspiradora y añadir una dimensión diferente a 'El peor equipo del mundo', pero Waititi se muestra incapaz de explorar de forma satisfactoria su trama y acaba resultando una exposición de lo más esquemática de algo que debería haber servido para elevar la película.
Más allá de todo eso, lo que ofrece 'El peor equipo del mundo' no deja de ser una película deportiva como muchas otras que se han ido estrenando a lo largo de los años. Cierto es que lo habitual en esos caso es optar por un enfoque dramático para incidir en su componente de superación, incluso cuando se trata de hazañas tan mínimas como la que contaba la estimable 'Rudy, reto a la gloria', pero es que la película que nos ocupa también incide más de una vez en ello con escaso acierto, sucediendo lo mismo con todo lo referente al trauma que sufre el personaje de Fassbender.
Al final lo que ofrece 'El peor equipo del mundo' es una comedia inofensiva en la que se nota que Waititi está al mando de las operaciones, pero no sé si como consecuencia de todos los problemas a los que ha tenido que hacer frente -recordemos que el rodaje llegó a su fin en enero de 2020 pero tiempo más tarde hubo que regrabar varias escenas para, entre otras cosas, que Will Arnett sustituye a Armie Hammer- o por cansancio creativo, aquí no ha estado especialmente inspirado.
Texto: Mikel Zorrilla Foto/Via: Espinof
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