REVIEW: Masters of the Air – Miniserie.
Los amos del aire aterrizan este viernes con su misión más complicada… y eso que en la serie pasan por todo tipo de situaciones límite. Masters of the Air no es solo una de las ficciones más esperadas del año, también llega a nuestras pantallas como el nuevo proyecto de una de las sociedades más recordadas de los últimos tiempos, la responsable de los que son considerados como lo dos dramas bélicos más prestigiosos de la historia reciente; Band of Brothers y The Pacific (HBO). Es su sucesora, la tercera de una especie de saga ambientada en la Segunda Guerra Mundial. Mientras que la primera exploraba la historia de los miembros de una compañía del 506º Regimiento de Infantería de Paracaidistas del ejército americano, la segunda, su secuela, narró los eventos ligados a la intervención militar estadounidense en el Teatro del Pacífico.
Catorce años después de su emisión, Steven Spielberg, Tom Hanks, John Orloff y el resto del equipo de productores que las hicieron posibles se reúnen de nuevo en Apple TV+, probablemente la plataforma perfecto para desarrollar una tercera miniserie fuera de HBO. En esta ocasión, el libro homónimo de Donald L. Miller sirve como base para examinar lo que fue el día a día de la guerra para los hombres que formaron el 100º Grupo de Bombardeo estadounidense, conocido históricamente como ‘Bloody Hundredth’. Junto a la mítica Octava Fuerza Aérea de los EEUU y liderados por los mayores Gale ‘Buck’ Cleven (Austin Butler) y John ‘Bucky’ Egan (Callum Turner), su cometido era claro; llevar la batalla a la puerta de Hitler, la Alemania nazi.
La serie arranca su historia en enero de 1943. Con británicos y estadounidenses estancados en el norte de África en su lucha contra las fuerzas alemanas, se decidió optar por una nueva estrategia y empezar a bombardear Alemania. Ese es el punto de partida de ‘Los amos del aire’, contar cómo este multitudinario grupo de jóvenes aviadores y soldados llevó a cabo todo tipo de arriesgados bombardeos, enfrentándose a condiciones gélidas, a la falta de oxígeno y al terror que supone combatir a altitudes superiores a 7.500 metros en una época sombría para los aliados. Sus protagonistas tuvieron que sobrevolar la Europa ocupada sin escolta, siempre pendientes de 40.000 cañones antiaéreos y los veloces cazas de la Luftwaffe listos para atacar. Retratar el precio psicológico y emocional que pagaron estos jóvenes por ayudar a acabar con el horror del Tercer Reich de Hitler es su principal objetivo… y lo cumple de maravilla. Unos fueron abatidos y capturados; otros resultaron heridos o muertos. Y algunos tuvieron la suerte de volver a casa. Independientemente de los destinos individuales, todos pagaron un precio. La serie retrata un momento único y crucial en la historia mundial, de forma ambiciosa y con una puesta en escena realmente espectacular; recreando unas localizaciones que van desde los bucólicos campos y pueblos del sureste de Inglaterra hasta la cruda realidad de un campo de prisioneros de guerra.
Las misiones que llevaban a cabo los miembros del ‘Centésimo Sangriento’ se caracterizaban por ser tremendamente peligrosas; despegar era sinónimo de una incertidumbre increíble. Cada misión podía ser fácilmente la última. Morir siempre estaba encima de la mesa, de cualquier forma o manera. Y a veces la muerte era la mejor salida. Muchísimos soldados fallecían en cada salida, algo que la serie también retrata en la gran mayoría de sus capítulos. Eso hace que la mayoría de personajes que se nos van presentando sean introducidos con la etiqueta de temporales. No todos, obviamente, pero esta es una de esas series en la que cualquiera puede estar viviendo su última escena en cualquier momento. Así era la guerra, así nos lo cuentan. Si por algo se suelen caracterizar estas producciones es por su capacidad por reflejar la realidad del momento de la forma más fiel posible. Vemos una serie, pero en muchos aspectos es un documental dramatizado. Anthony Boyle, Nate Mann, Rafferty Law, Barry Keoghan, Josiah Cross, Branden Cook o Ncuti Gatwa son algunos de los actores que dan vida a los chicos que lucharon de forma incansable, codo con codo, junto a los mencionados Cleven y Egan, los protagonistas principales de la serie, o al menos los dos personajes usados como punto sobre el que hacer girar su trama.
Al final, ‘Masters of the Air’ es una producción tan espectacular como esperaba, uno de esos ejemplos de todo lo que se pueda hacer a estas alturas en televisión. Su puesta en escena es tan majestuosa como la brutalidad de los combates a los que se enfrentan sus protagonistas. Todo está cuidado al milímetro -no podía ser de otra manera- desde su lograda banda sonora hasta la bella y redundante fotografía a la que Apple nos tiene acostumbrados. Sus largas secuencias de combate acaban siendo algo mejorables en cuanto a acción pura y dura se refiero y un tanto repetitivas, pero la épica y la tensión que generan son capaces de dejar esos pequeños peros en un segunda plano. Cary Joji Fukunaga (True Detective) hace un trabajo espectacular a la hora de dirigir sus cuatro primeros episodios, sentando unas bases que Anna Boden y Ryan Fleck, Dee Rees y Tim Van Patten logran seguir y materializar a la perfección. Visualmente ya sabéis que Apple siempre es sinónimo de máxima calidad y una producción tan y tan grande no podía quedarse atrás.
Por otro lado, si que creo que el guion de John Orloff (Band of Brothers) acaba tropezándose demasiadas veces con el querer repetir una fórmula muy similar en casi todos los nueve episodios que conforman la serie, sobre todo en su arranque, y eso al final acaba siendo un tanto frustrante. No digo que sea aburrida, quizás algo repetitiva, aunque tampoco molesta. Su trabajo a la hora de mostrar cómo era el día a día de los chicos es bueno, y la introducción de personajes más secundarios como los de Joanna Kulig o Bel Powley ayudan a la hora de mostrar que no todo era guerra, sangre y muerte, que vencedores o derrotados, siempre había tiempo para una necesaria desconexión con el ‘mundo real’. Lo repito, la guerra tiene un coste altísimo para todos y cada uno de los que participan en ella. Esa es la gran lección que sacamos y probablemente, misiones concretas aparte, el motor que empuja la narrativa hacía adelante.
‘Masters of the Air’ me ha gustado mucho. No es una obra maestra, pero si que es una digna sucesora de Band of Brothers y The Pacific que seguramente acabe siendo coronada como una de las grandes series de 2024. Tiene fallos y tiene cosas. Sin embargo, cuando está en su máximo esplendor, es una cosa fantástica. Totalmente recomendable.
Antes de terminar, aprovecho para recordar que sus dos primeros episodios estarán disponibles en Apple TV+ a partir de este mismo viernes 26 de enero. Desde dicha fecha, un nuevo capítulo cada semana hasta terminar su emisión el 15 de marzo.
NOTA DE LA TEMPORADA: 8.3/10
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