Korra no debía ser la siguiente Avatar. Así es la popular teoría de 'Avatar: La leyenda de Aang' que Netflix ha resucitado con su nueva serie


 Después de acertar de lleno con 'One Piece', el siguiente gran experimento en los remakes de acción real que preparaba Netflix era 'Avatar: La leyenda de Aang'. Y aunque las reacciones han sido mixtas por parte del fandom duro, hay que decir que la serie de Netflix ha servido para acercar a muchos nuevos espectadores que quizás se resistían a tocar la serie animada.

Y sí, también para resucitar algunas de las teorías más intrigantes que llevan rondando casi veinte años.

¡Atención! ¡Este artículo contiene spoilers de la primera temporada de 'Avatar: La leyenda de Aang'!

El ciclo del Avatar que no vimos

Tanto en la serie de Netflix como en la serie animada original se nos presenta el concepto del ciclo del Avatar. El Avatar es un maestro que puede utilizar los cuatro elementos (aire, fuego, tierra y agua) y además tiene una profunda conexión con el mundo de los espíritus, ejerciendo a veces de guía y protector entre ambos planos.

El Ciclo De Avatar

Cuando un Avatar muere su espíritu pasa un recién nacido de otra nación, y el ciclo continúa de manera constante pasando de Fuego a Aire, a Agua y a Tierra... Y vuelta a empezar. Sin embargo, al principio de la serie Aang quedó atrapado en un iceberg y el Avatar se perdió durante cien años: desapareció, pero al no morir el ciclo no pudo seguir su curso natural.

Si Aang no hubiese quedado atrapado y hubiera vivido en su tiempo, el ciclo del Avatar habría seguido otro curso diferente. Y una de las teorías más populares de 'Avatar: La leyenda de Aang' apunta a que su sucesora no debía haber sido Korra, la protagonista de la serie secuela, sino Yue, la princesa de la Tribu del Agua del Norte.

En el caso en el que Aang hubiera vivido hasta convertirse en un anciano, es posible que su muerte hubiera coincidido con el nacimiento de Yue, unos dieciséis años antes del inicio de 'Avatar: La leyenda de Aang'.

Cuando Yue nació era muy débil y no emitía ningún sonido, y ningún sanador parecía poder ayudarla... Pero al sumergirla en el Oasis Espiritual del Norte, el Espíritu de la Luna le dio parte de su fuerza vital. Según la teoría fan, Yue nació sin alma porque estaba destinada a ser la siguiente Avatar, pero ya que técnicamente Aang seguía vivo, Yue no podía heredar su espíritu. Al recibir parte del Espíritu de la Luna, este vacío se llenó y Yue pudo vivir una vida normal (y de paso el pelo se le volvió blanco lunar).

Yue En La Serie Animada

Esta teoría gana más fuerza si tenemos en cuenta que Yue se convierte en un nexo entre el mundo humano y el de los espíritus al final de la primera temporada, sacrificándose para restaurar el espíritu de la Luna, su equilibro con el espíritu de los Océanos y asegurarse de que los maestros del agua retienen sus poderes.

En la versión en acción real de Netflix, esta conexión es todavía mayor, ya que Yue además puede visitar el mundo de los espíritus cuando duerme y es una maestra del agua (unos poderes que no poseía en la versión animada), lo que da todavía más fuerza a la teoría.

¿Lo que juega en contra? Pues que parece que el ciclo del Avatar no está del todo predeterminado, o entonces tras Yue el espíritu del Avatar debería haberse saltado a cualquier posible miembro de la Tribu del Agua para "encarnarse" en alguien del Reino de la Tierra porque los maestros del agua ya perdieron su turno con Yue. Además, en la serie animada original Yue no tenía poderes para controlar el agua, por lo que al no ser una maestra no podría haber heredado en espíritu del Avatar.

Yue En Netflix

Desde Netflix parece que han apostado un poquito por esta teoría al darle a Yue una conexión mayor con el mundo de los espíritus, como se puede ver en su primer encuentro con Sokka (en el que más o menos le guía por este plano) y también con sus poderes curativos de maestra del agua. Aunque también es posible que el ciclo se reajustase solo con este "pequeño" cambio del destino, y así es cómo Korra se convirtió en la sucesora de Aang.

Texto:   Mariló Delgado                 Fotos/Via. Espinof 

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