Netflix acaba de estrenar la película que promete ser el nuevo exitazo de la plataforma. Tiene grandes estrellas y una historia con gancho, pero no merece la pena


 Netflix tiene dos grandes frentes abiertos en su apuesta decidida por el cine. Por un lado multitud de producciones más o menos pequeñas con la esperanza de encontrar ahí algún éxito. Por otro, títulos muchos más ambiciosos que están llamados a arrasar en la plataforma si no quieren ser considerados una decepción. 'Un asunto familiar' pertenece al segundo grupo.

Con un reparto encabezado por Nicole Kidman, Zac Efron y Joey King, 'Un asunto familiar' tiene un punto de partida que recuerda a 'La idea de tenerte', uno de los grandes éxitos de Prime Video de este año, ya que cuenta cómo un hombre joven se enamora de una mujer mucho mayor que él y cómo su relación afecta a la hija de ella. Luego la película de Netflix es bastante diferente a la protagonizada por Anne Hathaway, pero no os creáis que merece mucho la pena.

De más a (mucho) menos

He de confesar que tengo debilidad por las comedias románticas desde que tengo uso de razón, y que incluso he llegado a disfrutar con propuestas un tanto genéricas que al menos me daban el mínimo exigible en ambos frentes. Tanto con 'La idea de tenerte' como con 'Un asunto familiar' hay un problema importante de base, y es que la parte cómica tiene un peso demasiado reducido para funcionar a modo de contrapunto, en especial a medida que pasan los minutos.

Con todo, es cierto que al arranque resulta al menos simpático por todos los abusos laborales a los que el personaje de Efron somete al interpretado por King y por todo lo referente a la carrera como actor de él, pero esa curiosa parodia del mundo del espectáculo es algo que se deja muy de lado una vez pasado el primer acto. Es una lástima, pues ahí la película podría haber encontrado un factor clave para equilibrar esa tendencia hacia el melodrama ligero que adapta después y que lleva a que 'Un asunto familiar' se convierta en una película demasiado monótona.

No nos engañemos, la práctica totalidad de comedias románticas son extraordinariamente previsibles y 'Un asunto familiar' no es una excepción. Desde el arranque tenemos claro que va a pasar esto y aquello -podría decirlo directamente, pero mejor no ser un gilipollas soltando spoilers de forma innecesaria-, y eso es justamente lo que sucede.

Asunto Familiar Escena

La verdadera clave está en darle salsa al asunto para que el espectador disfrute y realmente quiera que eso suceda. Ahí es donde realmente falla 'Un asunto familiar', porque una vez todo se centra en ese romance entre los personajes de Kidman y Efron todo se vuelve demasiado esquemático. La repentina transformación de él no está bien llevada y su historia de amor se siente un tanto prefabricada. No hablemos ya de la inevitable crisis que tiene que haber siempre en un relato así.

Ambos actores hacen lo que pueden para conseguir esa ansiada magia con la que conectar con el público, pero todo resulta superficial, en especial cuando quieren dar un poco más de profundidad emocional a ambos personajes. Eso es algo que se siente más como un pegote que como un desarrollo mínimamente trabajado. Lo curioso es que el dúo formado por Efron y King funciona bastante mejor, ya que el contraste entre ambos da pie a una dinámica bastante efectiva cuando se centra en el aspecto laboral. Cuando es la relación de él con Kidman la que motiva todo, la cosa también hace aguas.

Además, Richard LaGravenese ('Postdata: te quiero') no logra dotar de ningún tipo de energía especial a 'Un asunto familiar' a través de la puesta en escena. De hecho, nunca parece tener muy claro qué quiere potenciar exactamente, desaprovechando así todas las posibilidades de la historia y otros elementos que podrían haber elevado el resultado final -una lástima ver por ahí a la oscarizada Kathy Bates para aparecer en tres o cuatro escenas a las que poco puede aportar-.

Escena Un Asunto Familiar

Con todo, 'Un asunto familiar' no es un desastre, simplemente entra en la categoría de películas de "Es una que hay". Se puede ver más o menos fácil a poco que pongas el cerebro fuera de cobertura, pero nunca llega a tener el suficiente encanto para sobreponerse al hecho de que lo confía todo a que la pareja formada por Kidman y Efron sea suficiente. No lo es para ser una buena película, pero mucho me sorprendería que no lograse que millones de suscriptores simplemente le den al play cuando la vean dentro del catálogo de Netflix.

Texto: Mikel Zorrilla                                 Foto/Via: Espinof

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