Bienvenidos a la primera de las crónicas que iremos dedicando día tras día a la edición número 69 de la Seminci - Semana Internacional de Cine de Valladolid, la segunda que un servidor cubrirá para El Séptimo Arte.
'Mi postre favorito' - Hay algo que me encanta de ir a festivales como la Seminci de Valladolid, y es enfrentarme a películas como 'Mi postre favorito' desde el más absoluto desconocimiento. La vida, sencillamente, te las pone delante sin que uno sepa ni quiera saber qué esperar. Y a dejarse sorprender (para bien). Como por ejemplo la vida le pone delante a Mahin, a sus 70 años, a un taxista llamado Faramarz. Una premisa que tarda en coger cuerpo y solera, y en desarrollarse con cuidadosa y dulce delicadeza. Al fin y al cabo estamos en Teherán, en Irán. Y ya sabemos todos, o deberíamos de saber que por ahí son muy estrictos y/o extremadamente tradicionalistas con un sinfin de cosas del día a día. 'Mi postre favorito' es una película de "yayos", tranquila y sosegada, sobre las segundas oportunidades, sobre la posibilidad de empezar de cero sin importar la edad, la tradición o un sistema político que de una u otra manera siempre coarta nuestra libertad. Un subersivo y sutil canto a la libertad envuelto en una puesta en escena transparente que deja un extraño y agridulce pero estimulante poso... y hasta aquí puedo leer. *******
'La cocina' - La nueva película de Alonso Ruizpalacios nos sitúa en "la cocina" de un restaurante en la ciudad de Manhattan durante la hora del almuerzo, donde culturas de todo el mundo convergen. La nueva película de un Alonso Ruizpalacios cuya prominente labor acaba ensombreciendo a la propia película, un apabullante torrente audiovisual marcado por los constantes arrebatos de virtuosismo del director mejicano. Una "gran banquete" tras el cual uno acaba un tanto empachado, siendo que sus más de dos exquisitas horas de metraje se hacen tan largas como una eterna sobremesa familiar. Más que nada, porque a Ruizpalacios parece que le interesa más subrayar su mensaje social, político y laboral y su propia labor que el nutrido grupo de personajes que habitan en su multicultural ONU de comida rápida. Así, este auténtico recital lleno de empuje, ideas y ambición acaba careciendo de un trazado argumental y/o dramático que como aquel que dice, y al igual que el buen pan, lo aguante todo y le de fundamento a la comida. De esta manera nos queda una obra repleta de virtuosismo teatral que acaba cayendo un poco en lo mismo que denuncia: su propia deshumanización. Esto es, un sabroso pero algo indigesto banquete que uno más que disfrutar, engulle. ******
'Verano en diciembre' - Carolina África, en su puesta de largo como cineasta, ha contado a su favor con algo prácticamente infalible: un reparto encabezado por Carmen Machi, Bárbara Lennie, Victoria Luengo y por lo visto en su debut en la gran pantalla, también Beatriz Grimaldos. Las cuatro, juntas o por separado, se bastan, como el buen pan, para sostener esta "comedia familiar" en clave femenina sobre las pequeñas miserias y grandezas de la vida construida a partir de pequeñas pinceladas del día a día. Un día a día que salvo por el destino de un personaje en particular, no es más que eso mismo. Un día a día sin un principio y un final marcados, deambulando como una anecdótica estampa con buen fondo pero de corto recorrido y escaso poso. Se trata, básicamente, de una película agradable, simpática y muy fácil de ver cuyos resultados, a decir verdad, casan a la perfección con su ligerísima pero honesta ambición. Es, un poco, como cuando juntas en un mismo equipo a jugadores como Neymar, Messi y Luis Suárez: lo de menos acaba siendo la táctica. Aunque de vez en cuando asome por ahí un Antonio Resines haciendo de Antonio Resines, no se sabe muy bien por qué o para qué; quizá, para dejar claro que en Madrid, en diciembre, no hay que esperar que salga el sol. ******
Continuará...
Por Juan Pairet Iglesias
Via: El séptimo arte
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