Bienvenidos a la segunda de las crónicas que iremos dedicando día tras día a la edición número 69 de la Seminci - Semana Internacional de Cine de Valladolid, la segunda que un servidor cubrirá para El Séptimo Arte.
'Septiembre dice' - El debut en la dirección de la mujer de Yorgos Lanthimos es, por decirlo de alguna manera... decepcionante. Este "perturbador cuento gótico contemporáneo" se ve lastrado, sobre todo, por el aura a telefilme barato que se adueña de su último tercio. Un tercio final que menoscaba las incipientes bondades de un film cuya credibilidad ya queda en entredicho tras el abrupto salto temporal que se produce hacia la mitad. Tiene su porqué, por supuesto, pero es precisamente el enfoque que se le da a este porqué lo que acaba lastrando a este 'coming of age' sobre dos hermanas tan inquietante en potencia como la imagen de las gemelas de 'El resplandor'. Sin embargo, Ariane Labed no logra dar forma a ninguna imagen así de poderosa, ni acierta a contagiar a un film poco incisivo que apenas se aproxima a ser tan incómodo y perturbador como lo es, sobre el papel, la tóxica relación de dependencia entre las dos hermanas. O de ambas con su madre, siendo a efectos prácticos como una noche de sexo casual que acaba con una simple paja. ****
'Polvo serán' - Esta "gran historia de amor sobre la decisión de morir y sus consecuencias" tiene un problema, y es que sus pocos numerosos musicales no aportan nada significativo a su narrativa. Más un capricho superfluo para añadir algo de vigor, energía o chispa, sintiéndose como si fueran pausas publicitarias. No por casualidad, la película va de menos a más ya que la mayor parte de estos momentos se concentran en su primer acto. Por suerte. Porque cuando no interrumpen y el film puede coger por fin algo de carrerrilla resulta bastante estimulante, gracias, en gran medida, por la manera tan discreta, cercana y desapasionada con la que trata un tema tan controvertido... aunque puede que no tan lograda o contundente como en la 3ª temporada de 'Rapa'. Odiosas comparaciones al margen (y obviando sus irrelevantes interludios musicales), se trata de una buena y convincente tragicomedia impulsada por las actuaciones de Ángela Molina, Alfredo Castro y Mònica Almirall que se crece y hace valer al escudarse en el amor y no en la muerte. *******
'El llanto' – El cine español suele carecer de estilo a la hora de abordar la gran mayoría de géneros, en especial el de terror. Al debut de Pedro Martín-Calero, sin embargo, le sobra, siendo una excepción y también una de las puestas de largo más prometedoras de los últimos años; tal vez, al nivel de la que pudo suponer la de Alejandro Amenábar con 'Tesis'. El tiempo dirá, pero por lo pronto su ópera prima es un film con muchísima personalidad y muy alejado del patrón habitual del cine comercial, siendo una propuesta atmosférica y templada, paciente y absorbente que remite a títulos como 'It Follows', 'The Empty Man' o la reciente 'Smile 2' y a cineastas como Krzysztof Kieslowski. Es más, sorprende su elegante capacidad para mantener al espectador en vilo aun a pesar de su serenidad y de contar con muy pocas escenas de impacto. La clave, la misma que en 'Pulp Fiction': una precisión casi quirúrgica y nada gratuita para elaborar y esperar al momento preciso para con ellos impulsar la historia de manera concisa, directa… y sí, impactante. Su estructura, clave para mantener viva la llama de la inquietud, le permite jugar con un relato no lineal que se desenvuelve de manera tan parca y sobria como magnética. *******
'Emilia Pérez' - La última película de Jacques Audiard tiene un arranque estupendo con el que el cineasta francés se mete al espectador en el bolsillo. Es prácticamente instantáneo, automático. Pero, al mismo tiempo, es como cuando un equipo gana 3-0 a los 15 minutos y el partido deja de tener emoción, por más que al final pueda ampliar la ventaja en uno o dos goles. La sensación que a uno se le queda, principalmente, es la de la falta de tensión. De nervio. De suspense. De incertidumbre. Uno sigue viendo el partido como a esta 'Emilia Pérez', más por la inercia derivada de su fulgurante inicio que por la convicción en un desarrollo demasiado pautado. Es como si este ridículo y disparatado culebrón musical orgulloso y nada avergonzado de serlo, que de eso se trata no fuera más, sin más que lo que es para sorpresa ni de sí misma. Un 'narcotransmusical' que sin embargo nos resulta tan familiar que salvo en los números musicales de Zoe Saldaña no termina de "transcender" de su autoimpuesta etiqueta. Por decirlo de otra manera: es una buena película que, sin embargo, una vez establecida, no se impone a una sacudida inicial a cuya merced permanece de forma ágil y orgullosa pero nada sorprendente o realmente impactante. *******
Continuará...
Por Juan Pairet Iglesias
Via: El séptimo arte
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