Bienvenidos a la octava de las crónicas que iremos dedicando día tras día a la edición número 69 de la Seminci - Semana Internacional de Cine de Valladolid, la segunda que un servidor cubrirá para El Séptimo Arte.
'Misericordia' - La última película escrita y dirigida por Alain Guiraudie requiere llevarse llevar, siendo en la práctica una comedia negra altamente irónica que a su manera recuerda a títulos como 'Pero... ¿quién mató a Harry?'. ¿A la manera de quién? La del mencionado Alain Guiraudie, cineasta que le imprime su particular sensibilidad a un thriller rural de provincias sobre la familia, el pasado y la moral establecida que, poco a poco, progresivamente y entre pequeñas y no tan sutiles bromas, se acaba convirtiendo en una parábola burlona y socarrona nada disimulada... para decepción de quien buscase o esperase encontrar un thriller más o menos normal y convencional, más o menos creíble. Y es que la "misericordia" a la que hace referencia su título viene marcada por el deseo, "el gran misterio de la vida", y no por la moral, además de por una clara irreverencia anticlerical, una manifiesta torpeza policial y un tono en apariencia naturalista pasado por el filtro de una fantasía surrealista que bien te podría haber firmado Quentin Dupieux. *******
'Black Dog' - Un thriller humanista sobre la redención, la lealtad y la supervivencia en la China de provincias sacudida por las transformaciones sociales, políticas e identitarias paralelas a los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008. También es una película con perro; bueno, con muchos perros, un lobo y un tigre que empieza mejor que como acaba. Y es que a Guan Hu, su guionista y director, se le hace todo un poco bola debido a una narrativa un tanto farragosa y reiterativa que no acaba de hilar con fluidez las muchas ideas que atesora. De ahí que por ejemplo sus apuntes cómicos, aunque bienvenidos parezcan salidas de tono. Y es que lo que predomina es la solenmidad, la sequedad y el aspecto gris de los espacios abiertos de una ciudad desolada y cercada por un desierto hostil a punto de ser derribada para dejar paso al mundo del mañana. Todo ello enmarcado con distendida elegancia panorámica y un claro matiz animalista por el mencionado Guan Hu, quien presenta un filme sólido y siempre apreciable con reminiscencias a Jia Zhangke al que, no obstante, le falta algo de armonía y también un puntito de ritmo para ser verdaderamente notable. *******
'Tiempo compartido' - Apunta a ser la película más personal de Olivier Assayas, quien nos obliga a buscar por Internet una foto suya para salir de dudas: No, quien está delante de las cámaras no es él... aunque obviamente se le parece. Porque al igual que a menudo ha hecho Woody Allen, el protagonista de 'Tiempo compartido' es un alter ego de Assayas que da rienda suelta a sus obsesiones como persona, hermano y cineasta. Un director de cine que comparte el confinamiento del COVID en la casa de campo familiar junto a su hermano y sus respectivas parejas. La película no tiene mucho más, como si el propio Assayas la hubiera rodado durante aquellos días inolvidables (de una u otra manera) para, dada la situación, entretenerse. Sencilla, honesta, terapeútica. 'Tiempo compartido' es entretenida, por más que no deje de ser pura y dispersa divagación. Simpática y ligera divagación con reminiscencias a Jean Renoir en la que Assayas se muestra a sí mismo de manera no especialmente divertida ni perspicaz, en lo que es un film claramente menor a mayor gloria de uno mismo (y de la cultura francesa) que sólo un cineasta acomodado y de renombre se puede permitir. ******
'The Fable' - La importancia del legado familiar, la búsqueda de una identidad propia, la reapropiación personal de la tierra, las héridas del colonianismo británico y unas cuantas luciérnagas son envueltas con un aura de ensueño adoptando las formas de una corrosiva fábula popular india. Como bien indica su título, la segunda película de Raam Reddy es una "cuento místico" que nos adentra en los imponentes paisajes del Himalaya indio de finales de los años 80 a través de la figura de Dev, un patriarca propietario de unas tierras heredadas de la época colonial que defiende su condición de clase mientras acusa a todo el mundo de querer destruir su presente. Filmada en un sucio y auténtico 16 mm para reforzar la impresión de ser una historia perdida en el tiempo, y acompasada a través de una voz en off, la película, muy sólida a todos los niveles, brilla por su sobria e impresionista puesta en escena marcada por un realismo mágico integrado de manera orgánica en una narrativa firme y convincente con un exquisito aroma evocador entre lo clásico y lo inmortal, lo atemporal y lo imperecedero. *******
Continuará...
Por Juan Pairet Iglesias
Via. El séptimo arte
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