'Silo' (T2) - Alguien sabe algo


 La teoría nos la conocemos, al menos en teoría: 'Silo' es una suerte de utopía televisiva en forma de relato distópico por y para adultos que no está protagonizado por adolescentes con las hormonas más o menos revueltas. Algo más en la línea "clásica" de relatos como los de 'THX 1138' o '1984' que de cualquier franquicia comercial más o menos reciente que a uno le pueda venir a la cabeza. En esencia viene a ser lo mismo, pero en la práctica... como que no.

'Silo' es una serie madura y consecuente que se toma las debidas molestias para desarrollar de manera orgánica, pausada pero decidida, una historia que dentro del contexto dado pueda ser plausible. Y a la que los personajes que le dan vida puedan aportar la chispa. Algo tan sencillo como difícil, un escenario distópico donde sus distintos elementos respaldan las intenciones de un relato al que van dando forma, volumen y textura sin esclavizarlo o estigmatizarlo.

También, por supuesto, a la segunda, asentando la serie sobre la base de su sólida primera entrega y enriqueciendo una historia que ahora se divide en dos: lo que acontece en uno y en otro silo. Dos líneas argumentales tan marcadas como para que cada una de ellas tenga su propia idiosincracia. En la primera, más trepidante, vemos el "viejo silo" en su progresiva deriva hacia el caos; en la segunda, más reposada, seguimos a Juliette en su lucha por sobrevivir.

La serie sigue haciéndose fuerte en ese "nadie sabe nada" en el que no hay héroes ni villanos como tales. Hay intereses, convicciones y discrepancias; hay personas y una partidista noción del bien común. La serie sigue gestionando muy bien la información y sus medias verdades, tanto como para que sigamos dudando, de forma natural y habitual, de los misterios que derivan de un mundo que por ahora sigue ofreciendo más preguntas que respuestas.

Esa es realmente la clave, también a la segunda: su estimulante y señorial capacidad para incitarnos a desconfiar de una relato que aporta información de dudosa veracidad, con distinguida elegancia dramática y valiéndose para ello del conocimiento sesgado con el que también cuentan sus protagonistas. Todo ello, bajo un envoltorio de primer nivel técnico, audiovisual y actoral que la reafirma con templada y sobria serenidad a cada paso que con firmeza y convicción da.

A la segunda 'Silo' se reafirma como la estupenda serie que va camino de ser, siendo en la práctica una evolución bien refinada de la primera. El doble juego, los cambios de velocidad y el contraste enriquecedor que se establece entre uno y otro silo, entre sendas líneas argumentales más o menos atemperada, solidifican y fortalecen la madura y estimulante solidez con la que trasciende como un estupendo ejercicio de dramático suspense postapocalíptico.


Por Juan Pairet Iglesias

Via: El séptimo arte

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