REVIEW: Los años nuevos – Parte 1.
Igual que ocurrió en 2020, Rodrigo Sorogoyen y Movistar Plus+ nos traen la que probablemente sea la mejor serie nacional del año. En su día fue ‘Antidisturbios’ y hoy es ‘Los años nuevos’, un proyecto que nada tiene que ver con su primera colaboración en cuanto a temática pero si en lo mas importante; ni siquiera hace falta terminar el primer episodio para saber que estás enfrente de una de las imprescindibles. Un must watch que le llaman. El cineasta madrileño sirve como su creador y guionista, acompañado en dicha tarea de Marina Rodríguez Colás y Antonio Rojano, además de dirigir cuatro de los diez episodios que conforman la historia. Sandra Romero y David Martín de los Santos se hacen cargo de los restantes, mientras que Iria del Río y Francesco Carril dan vida a sus protagonistas. Una carta de presentación ambiciosa de la que tampoco hace falta saber mucho más para darnos cuenta de que estamos delante de algo grande…
Recordar que sus primeros cinco episodios ya están disponibles en la plataforma y que los cinco restantes llegan el jueves 12 de diciembre. También que el músico y escritor Nacho Vegas, considerado uno de los autores más relevantes de la música independiente de nuestro país, aporta su sello personal a la banda sonora con un tema original inspirado por la trama que cierra la serie. La canción ‘Los años nuevos’, producida por Nacho Vegas junto a Hans Laguna, Cristian Pallejá y Ferran Resines, ya está disponible en las principales plataformas de audio.
La serie arranca en plena noche de fin de año de 2015, una noche de celebración doble tanto para Ana como para Óscar. Empieza el cumpleaños de ella mientras que el de él acaba de terminar, la primera del 86 y el último del 85. Separados por minutos. Incluso por segundos. Ellos ni se lo imaginaban pero ese azar tan caprichoso que les llevó a coincidir en el mismo tiempo a la misma hora les tenía preparada una sorpresa; aquí comenzaba una bonita historia de amor de esas que difícilmente se olvidan… sobre todo si te la narran de una forma tan mágica como lo han hecho Sorogoyen y su equipo de guionistas en esta ocasión. Ana cumple 30 años con la vida aún por resolver: vive en un piso compartido, no le gusta su trabajo y cambia a menudo de amigos. Óscar cumple los mismos con la vida casi resuelta: médico vocacional, amigos fieles, y una relación que va y viene. Sus realidades no podrían ser más distintas, pero igual en eso estaba la gracia. Casi todos hemos vivido una Nochevieja como la suya (o peores). Fiesta, after en cualquier sitio y lo que surja hasta que el cuerpo aguante. Sin embargo, para ellos, lo que podría haber sido otra noche cualquiera de drogas, alcohol y desfases varios les cambió para siempre. No sé si podemos llamarlo amor a primera vista, pero desde el primer momento hubo algo. Esa chispa, esa mirada embobada que nos salen cuando tenemos enfrente a alguien especial. Para muchos será casualidad y para otros el destino… o como queramos llamarlo. Personalmente me gusta nás pensar en la segunda opción. Más bonita, única. Aquí es donde Ana y Óscar se conocen, se enamoran, y comienzan una relación cuyas idas y venidas se alargarán diez años.
Cinco de esos diez años son los que explora esta primera parte de la serie y lo hace a través de cinco ‘años nuevos’, tal y como dice su título, de 2015 a 2019. En la segunda veremos los restantes. Creo que lanzarla así ha sido una buena decisión. Hablamos de una serie que merece ser disfrutada, sin prisa pero sin pausa. No está hecha para una emisión semanal aunque tampoco para un maratón. Dos partes es lo ideal. La puedes engullir pero a la vez tienes tiempo para analizarla y reflexionar en todo lo que has visto. Cinco años dan para mucho y a estas alturas todos sabemos que la vida en general y una relación en particular pueden dar un giro inmenso de la noche a la mañana. Familia, amigos, trabajo, ambiciones personales… todo influye y cualquiera de ellos puede ser el detonante de una crisis o de una alegría. Una vez consolidados como pareja, algo que tampoco fue precisamente sencillo, Ana y Óscar deciden vivir juntos. Normal. Un paso más en su relación. Hay un episodio muy reconocible dedicado a una cena en la que la pareja reúne a sus respectivas familias y por qué no decirlo, también da un paso más en la quimera de cómo tolerar a propios y ajenos. Algo de los más habitual en la primera gran navidad de una pareja. La forma en la que su narrativa se convierte en una cosa tan cotidiana es sin duda uno de los grandes aciertos de la serie. Estás viéndolos a ellos pero podrías ser tu mismo. Tan real como la vida misma, incluso da la sensación de estar viendo un documental u observando a tus vecinos del quinto. Nunca hubiera dicho que fuera tan fácil quedarse pegado a la pantalla contemplando como una familia cena carrilleras o como una pareja hace el amor apasionadamente. Sí, la serie tiene varias escenas de sexo, largas, tiernas y fogosas. Distintas en su manera a lo que solemos ver habitualmente. Otro ejemplo del buen trabajo que tiene delante y detrás de las cámaras.
En cuanto al reparto, decir que lo de Iria del Río es de escándalo. Así de fácil. ¿Cómo no iba Óscar a enamorarse de Ana si cinco minutos en pantalla son suficientes para que todos caigamos rendidos a sus pies? El personaje es una maravilla, una chica de esas que dejan huella; guapa, dulce y divertida, semi-perdida en la vida como lo hemos estado la mayoría conforme han ido pasando los años. Capaz de enamorar a cualquiera con una sonrisa. Su excelsa interpretación hace el resto. Totalmente hipnótica. Y por cierto, ¿Soy el único al que le recuerda muchísimo a Vicky Luengo?
De Francesco Carril tenía alguna que otra duda, sobre todo al principio, quizás también al empezar a conocer a su personaje, aunque convence enseguida y me ha disipado cualquier pensamiento negativo en un abrir y cerrar de ojos. Magistrales los dos. En una serie así es de vital importancia conectar enseguida con la pareja protagonista. Si no consigues subirte pronto a su barco incluso diría que no vale la pena. La conexión, el realismo… la forma en la que les ves reír y amarse; llorar, dudar y navegar por la vida a la vez que se descubren el uno al otro… es una auténtica maravilla. No sé si son nuestros ‘Normal People’ pero poco les falta. No me parece osado afirmar que esa era la intención de sus creadores. Sally Rooney puede estar orgullosa.
Capaz de parar el tiempo y de emocionar a todo el que la vea. Hacía tiempo que no veía una serie tan transparente, difícil en más de una ocasión, la respuesta necesaria a todo el que necesita una dosis de (crudo) romanticismo para calentar su corazón. ‘Los años nuevos’ cumple con todas y cada una de las expectativas generadas. Nadie quedará indiferente. Totalmente recomendable.
NOTA DE LA PRIMERA PARTE: 8.8/10
MVP: Iria del Río (Ana Varela).
Comentarios