El pinchazo de 'Elio' en cines tiene que ver con lo que ocurrió tras las cámaras. Pixar está perdiendo el foco y permite que sus películas ya no tengan identidad
'Elio' tenía todos los ingredientes para convertirse en una de las películas más especiales de Pixar. Su historia era muy original y la premisa de un niño tímido que acaba metiéndose en un problema de dimensiones intergalácticas captó nuestra atención desde el momento en el que se presentó. Además, su mezcla de aventura, ciencia ficción y sensibilidad parecía ideal para uno de esos largometrajes que tantas veces han funcionado en el estudio. Sin embargo, su estreno ha sido muy frío y ha terminado siendo un fracaso.
El brillo se perdió por el camino
Al principio, 'Elio' se anunció como el debut en solitario de Adrian Molina, que había sido el codirector de 'Coco' y uno de los talentos emergentes de Pixar. Y la historia iba a estar profundamente conectada con su experiencia personal: la de un niño introvertido, criado por una madre soltera, que se enfrentaba al universo (tanto de forma literal como figurada).
Era una premisa con mucho corazón, pero sufrió muchos cambios antes de ser la versión final que hemos visto en cines. Todo empezó tras una primera proyección de prueba en 2023, en la que el público comentó que, aunque disfrutaron de la película, ninguno habría pagado por verla en cines, según se reveló en The Hollywood Reporter. Y cuando se presentó a la dirección de Pixar, esta versión tuvo aun más críticas negativas y Molina terminó abandonando el proyecto.
Tras su salida, se incorporaron las nuevas codirectoras Madeline Sharafian y Domee Shi, y se reescribió gran parte de la historia de Elio. Por no decir que no quedó casi rastro de la idea original. De hecho, en el mismo medio se informó también de que la versión original incluía escenas donde el personaje principal exploraba su pasión por el ecologismo y la moda, con ejemplos en los que recoge basura en la playa y la transforma en prendas de vestir.
Sin embargo, el cambio más importante, según se recoge en The Hollywood Reporter, tiene que ver con la sexualidad de Elio. Aunque la intención de Molina no era que la película fuera una historia sobre la salida del armario del protagonista, sí que se pensó en el personaje como una persona queer. Así lo expresó un exartista anónimo de Pixar que trabajó en 'Elio':
Durante la producción de la primera versión de la película, quedó bastante claro que [los responsables del estudio] insistían constantemente en pulir los momentos que aludían a la sexualidad queer de Elio.
Finalmente, tomaron el relevo Julia Cho, Mark Hammer y Mike Jones, pero el enfoque narrativo acabó siendo muy distinto y también se acabó diluyendo el trasfondo personal y la diversidad de la que hablaba la historia. Y aunque el objetivo fuera mantener el corazón de la película, ese intento de equilibrio terminó dejando a la película en tierra de nadie.
Glordon se convirtió en el punto medio
En unas declaraciones recogidas por ScreenRant, Mary Alice Drumm, productora de la película, explicó que uno de los elementos más difíciles de conservar fue el personaje de Glordon, una especie de alienígena adorable pero al mismo tiempo inquietante, que actúa como embajador entre Elio y el resto del consejo galáctico. Glordon representa muy bien lo que querían conseguir: una mezcla entre lo dulce y lo raro, entre lo entrañable y lo desconcertante. Y puede que por eso terminase siendo uno de los personajes más destacados de la película.
Aunque, al mismo tiempo, Glordon también refleja el tipo de decisiones que se tomaron en la fase final del desarrollo. Se suavizaron muchas de sus interacciones para hacer la historia más infantil y menos incómoda, y aunque puede ser comprensible desde el punto de vista comercial, es un buen ejemplo de cómo 'Elio' fue perdiendo su filo narrativo original. Lo que podía haber sido una historia sobre sentirse diferente en un universo que no te entiende, se ha quedado en una aventura intergaláctica que es simpática pero que no tiene demasiada profundidad.
Haz algo, Pixar
'Elio' podría haber tenido un resultado mucho peor, pero tampoco ha sido el golpe sobre la mesa que Pixar necesitaba para reivindicar que sigue siendo uno de los estudios de animación punteros. Aunque se nota el cariño en algunas partes y hay ideas visuales muy bien ejecutadas, la película no consigue dejar huella.
Y su resultado en taquilla se suma a una racha preocupante para Pixar, que está tratando de recuperar terreno tras varios proyectos irregulares y el desgaste de sus sagas más famosas. Aunque lo esté haciendo tomando las decisiones más conservadoras que puede tomar.
Estaría bien que el estudio reaccionase a tiempo y no perdiera el foco centrándose en secuelas de éxitos. Porque el público está ávido de historias y propuestas completamente originales. Y sin identidad, es imposible recuperar la magia que nos hacía conectar al principio.
Texto; Belén Prieto Foto/Via: Espinof
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