Muchos recordarán a Terence Stamp por 'Superman', yo lo haré por cómo llenó el cine de diversidad y fantasía queer con 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto'
Algunas películas no solo cuentan una historia, sino que se convierten en un refugio y en una celebración de la vida misma. Una de ellas es 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto', que comenzó como una comedia musical extravagante ambientada en las carreteras polvorientas de Australia y terminó transformándose en un clásico queer que, tres décadas después, sigue inspirando y emocionando a nuevas generaciones.
La película, dirigida por Stephan Elliott, reunió a Hugo Weaving, Guy Pearce y Terence Stamp en un autobús destartalado, decorado con lentejuelas y plumas, que recorrió el desierto australiano llevando consigo una misión: reivindicar la vida y la autenticidad de tres drag queens en un mundo hostil. El resultado fue un viaje vibrante que mezclaba humor, ternura, música disco y una mirada adelantada a la representación LGTBIQ+ en la gran pantalla.
Y a día de hoy, con la reciente muerte de Terence Stamp a los 87 años, resulta imposible no volver a pensar en la magia de esta película. Stamp interpretó a Bernadette Bassenger, una mujer trans cuya dignidad y elegancia marcaron a millones de espectadores, y cuya interpretación fue reconocida con nominaciones al Globo de Oro y al BAFTA.
Y hace unos días, su compañero de reparto Guy Pearce, lo recordaba en redes sociales como “una verdadera inspiración, tanto con tacones como sin ellos".
Revisitar 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto' ahora no solo puede servir como una manera de recordar una carrera irrepetible como la de Stamp, sino también como una invitación a celebrar una película que abrió caminos cuando la representación LGBTQ+ todavía era escasa en el cine comercial.
Quiero formar parte de este grupo de amigas
El corazón de la película está en sus personajes. Mitzi (Weaving), Felicia (Pearce) y Bernadette (Stamp) no solo son tres drag queens viajando por Australia, sino que de alguna manera representan el derecho a existir con orgullo en un mundo que muchas veces les da la espalda. La complicidad, las discusiones y las reconciliaciones dentro de ese autobús pintado como un carnaval sobre ruedas dieron forma a una historia profundamente humana.
Y Stamp, en particular, convirtió a Bernadette en un símbolo. Su interpretación, adelantada a su tiempo, mostró la complejidad y la sensibilidad de una mujer trans en un contexto donde pocas películas ofrecían un retrato respetuoso. Treinta años después, su Bernadette sigue siendo una de las figuras más queridas del cine queer. O, al menos creo que gran parte de la comunidad LGTBIQ+ agradecemos que hubiera un espejo como este en un panorama a menudo hostil con nuestras realidades.
Plumas y lentejuelas
A treinta años de esa explosión de color, plumas y música disco, 'Las aventuras de Priscilla, reina del desierto' sigue siendo un refugio y una obra que, sin importar cuántos años pasen, conserva intacta su capacidad de remover, conmover y divertir.
La película -que por cierto está disponible en Prime Video y Filmin- se convirtió en un faro para varias generaciones de personas LGTBIQ+, abrió puertas donde no las había y sigue inspirando como pocas. Volver a verla es sumergirse en un universo donde la valentía se mete en zapatos de tacón, la música puede embriagarte de esperanza, y donde puedes encontrar la inspiración que te faltaba para seguir siendo tal y como eres.
Echaremos de menos a Terence Stamp, pero como bien dijo Guy Pearce, "siempre nos quedarán Kings Canyon, Kings Road y ¡el maldito ABBA!”.
Texto: Belén Prieto Fotos/via: Espinof
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