'A House of Dynamite' es el regreso a lo grande de la directora de 'En tierra hostil'. Una obra vibrante, visceral y cargada de adrenalina "no apta para cardíacos"
El Festival de Venecia nos sigue dejando largometrajes que a los que seguir la pista en la próxima temporada y el último ha sido 'A House of Dynamite' (en español titulada 'Una casa llena de dinamita'), la película que marca el esperado regreso de Kathryn Bigelow. La directora californiana demuestra que sigue siendo una de las grandes maestras del thriller político y bélico, en una cinta producida por Netflix que combina la tensión asfixiante de sus obras más icónicas con una reflexión inquietante sobre el presente geopolítico.
Adrenalina y una trama explosiva
La videocrítica forma parte de la colección 'La crítica de Álex', que Alejandro G. Calvo está realizando desde el Festival de Venecia. En ella, habla de la película comparándola con los mejores thrillers conspiranoicos de los años 70, al estilo de John Frankenheimer o Sidney Lumet. Calvo señala que Bigelow construye un relato donde “la tensión es continua, no apta para cardíacos”, gracias a una puesta en escena nerviosa y un montaje que no deja al espectador ni un segundo de respiro.
El filme arranca con un mensaje contundente: tras la Guerra Fría, la calma mundial ha dado paso a una carrera armamentística que sitúa al planeta en un equilibrio tan frágil como peligroso. “Hemos construido nuestras casas con dinamita”, subraya el arranque de la cinta, una metáfora que da título a la película y que refleja el miedo a que un simple error de cálculo pueda desatar una catástrofe nuclear.
Esa sensación de cuenta atrás es la que articula toda la narración, donde un temporizador marca el posible impacto de un misil sobre Estados Unidos mientras los diferentes estamentos políticos y militares tratan de frenarlo. Calvo destaca que la mayor parte de la acción transcurre entre teléfonos, pantallas y despachos, lo que convierte al guion de Noah Oppenheim en una pieza clave: “es una película puzle, construida con personajes creíbles y situaciones que te atrapan”.
Más allá del suspense, 'A house of dynamite' funciona también como un espejo del presente. Con mucha ferocidad y sustantividad, Bigelow logra que el thriller bélico se convierta en un retrato sociopolítico que alerta sobre la deriva de los líderes mundiales sin necesidad de discursos explícitos. “Es cine con contenido político sin dar la chapa”, resume Alejandro G. Calvo, señalando que su fuerza radica en trasladar a la ficción las mismas amenazas que marcan la agenda global.
En definitiva, la directora de 'En tierra hostil' y 'La noche más oscura' nos entrega un regreso en plena forma, con una obra vibrante, visceral y cargada de adrenalina. Una advertencia desde la ficción que confirma que, cuatro décadas después de sus inicios, Kathryn Bigelow sigue siendo una de las cineastas más relevantes del panorama internacional.
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