'La agente encubierta' es un thriller oscuro y convincente que se ha ganado a pulso su éxito en Netflix. Puro nervio nórdico con trasfondo emocional
Pocas cosas resultan tan fascinantes como observar a alguien vivir de incógnito. Este tipo de tramas siempre han sido un terreno que ha dado pie a muchas historias tanto en el cine como en televisión, pero también pueden ser un pozo sin fondo de tragedia. 'La agente encubierta' ('The Asset'), la nueva serie danesa de Netflix, se adentra de lleno en ese abismo moral con una propuesta que, aunque no inventa nada nuevo, sí que está ejecutada con una precisión y una crudeza que la convierten en una de las ficciones nórdicas más tensas del año. Puede que por eso se haya colado en tan poco tiempo entre lo más visto de la plataforma.
Creada por Adam August y dirigida por Kasper Barfoed ('El caso Hartung'), la serie combina el pulso de un thriller policiaco con la introspección psicológica del noir nórdico. Desde su primera secuencia deja claro que no hay espacio para la redención, solo para la supervivencia. Lo que sigue es un viaje oscuro y absorbente por los dilemas morales de Tea, una mujer marcada por su pasado, su adicción y una misión que amenaza con destruir lo poco que tiene.
Precisión quirúrgica
Tea (Clara Dessau) es una mujer que es reclutada por el PET, el Servicio de Seguridad e Inteligencia de Dinamarca, para infiltrarse en la organización de un peligroso narcotraficante llamado Miran (Afshin Firouzi). Su entrada en este mundo implica no solo enfrentarse a criminales, sino también volver a los rincones más oscuros de su propia vida. Y aunque la historia pueda sonar familiar -una infiltrada dividida entre dos mundos, un enemigo con un lado humano y una misión que se vuelve personal-, 'La agente encubierta' se distingue por cómo aborda esos clichés: sin adornos ni moralejas, sino con una frialdad que parece sacada de un informe policial.
La serie no sorprende tanto por lo que cuenta como por cómo lo cuenta. Sus seis episodios se mueven con agilidad, entre la tensión sostenida y la explosión repentina de violencia, sin perder nunca el control. Adam August no pretende romper las reglas del thriller encubierto, sino perfeccionarlas. Lo suyo no es la originalidad, sino la eficacia. Y en ese sentido, 'La agente encubierta' funciona como un ejercicio de estilo dentro de un género saturado, pero todavía capaz de ofrecer adrenalina, dilemas morales y un retrato brutal de la soledad.
El arte de habitar los grises
Gran parte del mérito de este éxito reciente recae sobre los hombros de Clara Dessau, que convierte a Tea en una figura trágica, vulnerable y peligrosa al mismo tiempo. Su interpretación captura esa dualidad entre la mujer que quiere redimirse y la espía que debe mentir para sobrevivir.
Y el trabajo de Kasper Barfoed detrás de las cámaras refuerza ese tono sombrío y ambiguo. Con una puesta en escena limpia y un ritmo tenso, el director hace que cada escena respire amenaza y desconfianza. 'La agente encubierta' no se disfraza de algo que no es: es una serie oscura, profesional y sin concesiones, que abraza el cinismo del espionaje sin buscar redención. Puede que no aporte nada nuevo al género, pero lo que ofrece lo hace con tanta convicción que resulta difícil mirar hacia otro lado.
Texto: Belén Prieto Foto/Via. Espinof
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