Día 1: Dos hermanos daneses, un baile en Vigo y la gloria de un sevillano.


 Lo único bueno que tiene la espera es que llega un momento que desaparece. Eso mismo es lo que ha sucedido hoy en la ciudad de Sevilla tras 364 días (sí, la 21ª edición empezó el día 8 de noviembre del 2024) de espera: se ha dejado de esperar. Y el porqué se ha dejado de esperar es porque ha vuelto el Festival de Cine Europeo de Sevilla, que regresa en su 22ª edición con novedades importantes, como la recuperación de la lectura de nominados de los premios EFA (Academia del Cine Europeo), pero que continúa con su reconocida personalidad y su singular idiosincrasia.

El primer día siempre es el de aterrizaje. Recogida de acreditaciones, saludo afectuoso a los compañeros de trincheras del festival, los periodistas que llevan más de una década siendo el pilar más robusto y resistente del certamen, y para testar primeras sensaciones de la nueva edición. Por supuesto, el primer pase de prensa siempre se coge con más ganas que cualquiera, por ser el primero y porque está aislado en la parrilla de programación. Para reforzar el mordisco de interés que se mete a la proyección, la cinta en cuestión es la película inaugural del SEFF, viene de Dinamarca y tiene a Mads Mikkelsen en el reparto. Casi nada.

La cinta tiene como título 'El último vikingo', y es el último trabajo del contrastado director danés Anders Thomas Jensen, que muchos pondrán en el mapa por su anterior trabajo, 'Jinetes de la justicia', todo un éxito en Dinamarca a pesar de la pandemia. Pasan tantas cosas en la 'El último vikingo', que cuesta ver venir el mazazo emotivo que te propina la película. Una dramedia danesa que se posa cómoda en la risa, pero desafiante en lo sentimental, con un dúo protagonista maravilloso. Desde ya, una de las mejores películas inaugurales del SEFF, cerca de la 'Madre' de Rodrigo Sorogoyen.

De guión valiente, sabedor de lo punzante que es suavizar trastornos mentales en 2025, y astuto, pues se agazapa entre el elevado ritmo narrativo y la permeabilidad de sus personajes para asestar golpes conmovedores con una relación preciosa entre hermanos. Y Mads Mikkelsen, señoras y señores. Qué actor tan inmenso, tan hábil para flotar entre géneros y tan convincente cuando todo adquiere un tono más serio. Aquí comparte la carga con un gran Nikolaj Lie Kaas en dos papeles yuxtapuestos, pero vaya disfrute verle siempre, más aún tratándose de un papel fuera de su apabullante presencia.

La tarde permitía asistir a un pase antes de la gala inaugural, y la elegida era la nueva película de ese director tan humano como es Daniel Sánchez Arévalo, la cual lleva por nombre 'Rondallas', haciendo honor a una de las costumbres más bonitas e identificativas de la ciudad de Vigo. La película es un soplo de aire fresco mayúsculo, una feel-good movie llevada a la candidez y a la bondad del ADN gallego. Daniel Sánchez Arévalo vuelve a la maravillosa 'Primos' y se hace grande en lo localista y en el canto a la música como cura del alma (el guiño a Avicii es para aplaudir de pie). Su mejor película desde entonces.

Funciona tan bien como obra vitalista, que la comedia se desliza con muchísima facilidad, generando personajes fantásticos que podía haber parido el mismísimo Francisco Ibañez, como el hilarante policía que encarna Tamar Novas. Es tan divertida como sanadora, principalmente por un reparto absolutamente deslumbrante donde, para comprobar el nivel, Javier Gutiérrez no es el mejor del reparto. Asombroso descubrimiento el de Judith Fernández, mostrando una fuerza innata para adueñarse de un plano, de una escena o del rumbo de la película. De esas actrices magnéticas que cuando miran, dicen más que muchos que hablan. Ella y Fer Fraga le dan justa soberanía a su subtrama y se convierten en una interesante película dentro de la película.

El epicentro de la acción se situaba por la noche en el Cartuja Center CITE, donde tenía lugar la gala de inauguración del SEFF, la cual por segundo año consecutivo era conducida por Alfonso Sánchez y Alberto López, más conocidos como "Los Compadres". En una ceremonia de lo más distendida, con montajes excelentes sobre películas del cine europeo que han invadido el SEFF durante su historia y el apartado musical muy cuidado (impresionante actuación de Falete versionando "Ne me quitte pas"), el punto álgido llegaba con la entrega del Giraldillo de Honor a Alberto Rodríguez, figura capital del cine español y seguramente el cineasta sevillano más importante de su generación, esa inolvidable que se conoce como "la Generación CinExin".

Rodeado de más amigos que compañeros, entre los que destacaban Antonio de la Torre o Raúl Arévalo, el director, natural de Sevilla, era ovacionado con tronío por el auditorio, reconociéndole su talento y su labor como director de cine durante los 25 años que lleva de carrera. En un arrebato de emoción, Rodríguez no quiso olvidar la figura de José Antonio Félez, productor de cine y televisión madrileño, y figura fundamental en la formación de voces emergentes del cine patrio, tristemente fallecido a la edad de 72 años el pasado 9 de septiembre. Hacia él van dedicadas las últimas líneas de esta primera crónica de la 22ª edición del Festival de Cine Europeo de Sevilla.

Gracias por tanto, y Descanse en Paz.


That's what I say.

Por Jesús Sánchez Aguilar

Via: El séptimo arte

Comentarios