Ryan Murphy quería que Kim Kardashian le protagonizase una serie de abogadas. No he podido apartar la mirada


 Cuenta Ryan Murphy que el origen de 'Todas las de la ley' (All's Fair), su nuevo drama legal para Disney+, se remonta a una ocasión en la que el productor se reunió con Kim Kardashian dispuesto a venderle un reality. Tras ver que no le interesaba, la madre sugirió un "¿y por qué no le escribes un papel?". Eso la llevó a tener un papel en la temporada 12 de 'American Horror Story' y, posteriormente, protagonizar una serie que acaba de aterrizar en la plataforma.

Antes de nada, una pequeña aclaración. Cuando vas a ver algo de Ryan Murphy sabes a lo que vas. El tráiler vibrante ya nos muestra que vamos a tener con esta serie legal un poco de ese mamarracheo que, reconozco, me encanta ver a veces ya que no todo pueden ser sesudos dramas o comedias tristes. En ese sentido, yo buscaba la típica serie llamativa y tonta a la vez. La pena es que no estoy seguro que logre ser nada de eso.

Abogadas divorciadas

Suele pasar que partes de una premisa potente. Viniendo de quienes vienen, uno tiene curiosidad por ver a Kim Kardashian de abogada especializada en divorcios que funda su propio bufete y vive una vida de absoluto lujo con sus socias y compañeras. Podría ser, perfectamente, un reality de mujeres ricas abogadas que navegan entre triunfar en el trabajo y sus percances románticos y sexis.

El problema es que una cosa es un reality y otra cosa una serie de ficción y parece que nadie ha pensado en comentarlo a las estrellas, que pasean ante la cámara casi con la única misión de quedar bien ante ellas. No soy capaz de ver a Allura, solo veo a Kim Kardashian, guapísima y estilosa toda ella, jugando a ser abogada. Niecy Nash es Niecy Nash jugando a ser investigadora haciendo de todo menos investigar (básicamente solo la vemos entregando lo que ha averiguado, no averiguando).

Claro, hay drama, hay empoderamiento, hay "mujeres fuertes que facturan millones"... pero también un vacío abismal que no logra sostener un mundo de personajes apenas esbozados y, por tanto, apenas interpretados. Los excesos propios de la obra de Murphy, esos giros dramáticos, aparecen como pequeñas llamadas de atención en medio de un accidente visto a cámara lenta.

Alguien como yo, que fácilmente puede ver decenas de horas de televisión al mes, está acostumbrado a ver de todo y a tener un poco de paciencia con lo que está viendo, sobre todo si corresponde hacer una crítica, valoración o como queramos llamarlo. Y 'Todas las de la ley' pide mucha paciencia casi desde el principio: en los primeros instantes Murphy, que dirige el primer episodio, parece confundir ritmo con prisa, lo impetuoso con lo caótico... y uno se queda viendo consciente de estar viendo un accidente, incapaz de quitar la mirada.

Una lástima porque da la sensación de que había una buena serie ahí. Cuando quieren, Murphy y Jon Robin Baitz pueden hacer cosas magníficas (ojalá poder decir lo mismo de Joe Baken) pero en esta ocasión les ha cegado la reunión de divas pertinente.

Texto:  Albertini                                        Foto/Via. Espinof

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