Una de las películas más vistas de Netflix en 88 países. El nuevo thriller del director de 'Cónclave' donde el azar se mezcla con la necesidad de redención
Después de 'Un gran viaje atrevido y maravilloso', Colin Farrell ha vuelto a apostar por un personaje al límite con 'Maldita suerte', la nueva película de Edward Berger ('Sin novedad en el frente', 'Cónclave') para Netflix. El actor irlandés interpreta a un ludópata que vaga sin rumbo por los casinos de Macao, atrapado entre el brillo del lujo y la oscuridad de sus deudas.
En medio de ese hipnótico escenario, su vida cambia al conocer a una enigmática mujer (Tilda Swinton), con la que traza un pacto desesperado. Berger construye un thriller con toques de humor negro donde el azar, la culpa y la necesidad de redención se entrelazan con una puesta en escena deslumbrante. Se estrenó el 30 de octubre, y no ha tardado en convertirse en una de las más vistas del catálogo.
Nuevo éxito para Colin Farrell
En 'Maldita suerte', Edward Berger sitúa a Colin Farrell en el centro de una historia de redención imposible. El actor interpreta a Lord Doyle, un estafador británico que vive bajo una identidad falsa y cuya adicción al juego lo ha llevado a la ruina. Endeudado y al borde del colapso, Doyle se mueve entre hoteles de lujo, casinos y habitaciones que parecen reflejar su propio deterioro mental. Desde su primera escena, la película deja claro que se adentra en un territorio donde la culpa y la obsesión se confunden con el deseo de escapar.
El relato cobra fuerza con la aparición de Dao Ming (Fala Chen), una empleada del hotel que comparte más de lo que aparenta con Doyle. Su relación introduce un contrapunto humano en medio del caos, y aunque ambos parecen buscar una salida, el entorno los arrastra hacia un destino marcado por la desesperación. Y luego entra en juego Cynthia Blithe (Tilda Swinton), una británica que persigue a Doyle por motivos poco claros.
Berger imprime al filme un ritmo cambiante y una atmósfera opresiva que recuerda a su trabajo en 'Sin novedad en el frente', pero aquí el combate se libra en el terreno de la adicción. Farrell ofrece una interpretación notable, capaz de alternar entre la arrogancia y la vulnerabilidad, sosteniendo el relato incluso cuando este se adentra en terrenos oníricos o ambiguos. Su personaje encarna el retrato del jugador como figura trágica, alguien atrapado en la ilusión del control mientras todo a su alrededor se derrumba.
Y entre los grandes aciertos del filme está la fotografía vibrante y un diseño visual deslumbrante, que convierten el escenario en un espacio de espejismos donde el lujo oculta la miseria y la soledad. Sin duda, 'Maldita suerte' confirma la ambición estética de Berger y su interés por explorar mundos donde la decadencia se disfraza de espectáculo.
Texto: Belén Prieto Foto/Via: Espinof
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