Tirando de memoria y a bote pronto, me cuesta recordar una sola película de Jack Black que sea buena... o una que al menos no sea mala. También, algún tipo de película que no sea como esta 'Anaconda'.
Por asociación, muchos pensaréis en 'Jumanji: Bienvenidos a la jungla' o 'Una película de Minecraft', del mismo modo que también en 'Cazafantasmas: Imperio helado' por culpa de Paul Rudd. Todas ellas, éxitos comerciales. Todas ellas, producciones descaradamente comerciales a las que les queda grande ser consideradas películas. Tan grande, como para incluso poder resultar ofensivo para las películas de verdad, a menudo ninguneadas de manera vil y atroz.
Es lo que sin ir más lejos sucede con esta 'Anaconda', la nueva producción "meta" de un Tom Gormican que ya demostró un relevante grado de incompetencia en 'El insoportable peso de un talento descomunal', y que parte al igual que la presente de una idea (concepto o gracia) en potencia muy estimulante que una vez planteada no desarrolla de ninguna manera... ni desarrolla ni tiene la menor intención de desarrollar. ¿Por qué molestarse...? ¿Para qué molestarse...?
Aquella tenía a Nicolas Cage y a Paco León. Esta tiene a Jack Black y a Daniela Melchior, en un papel tan insustancial y ridículo como el del español en la de 2022. Un papel, que como todo en la película viene a ser relleno, porque una vez planteada su premisa... no hay más que relleno. Nada se desarrolla, nada es relevante. Cuatro chistes mal contados, algún que otro cameo y una serpiente digital que, a decir verdad, muerde demasiado poco para ser cabeza de cartel.
Y a correr, que es Navidad.
Dicho sea a las claras, esta 'Anaconda' es tan pobre, está tan descuidada y resulta tan poco esforzada en cualquier aspecto que incluso es peor que la de 1997, especialmente como comedia, ya sea voluntaria o involuntaria. Es, al igual que la película dentro de la película, una producción amateur resuelta con, me perdonen la expresión, un sudapollismo sonrojante; e incluso incómodo, habida cuenta de que hablamos de una teórica y supuesta producción profesional.
Jack Black no me cae mal... aunque producciones como esta 'Anaconda' hacen que parezca lo contrario. Vale que no todos se pueden implicar tanto como Tom Cruise, pero debe de haber un término medio. Antes parecía haberlo, y aún en comedias no muy logradas se podía apreciar una mínima voluntad, aunque fuera vaga de hacer encajar los chistes dentro de un formato que pudiera dar el pego como película. Que al menos pareciera aspirar a comportarse como una.
Esta 'Anaconda' es sin embargo un descarado y acomodado producto comercial sin ningún tipo de inquietud, ambición, vergüenza o amor propio. Es, un poco, como lo del prometer hasta meter... y una vez vendido se acabó lo prometido. Baste una buena premisa que pueda venderse como tal; un sketch de SNL que poder estirar durante 90 minutos sin la necesidad de ir a ninguna parte con él. Baste explotar una IP, la nostalgía, la menguante ingenuidad del espectador...

Por Juan Pairet Iglesias
Via: El séptimo arte

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