Un perezoso repartidor de comida rápida se ve de pronto implicado perseguido por un conductor de quitanieves implacable y trastornado.
No hay más, no hay menos. Simple. Sencillo. Directo. Efímero. Escaso...
Es tan obvio como parece. Esta película de Joey Palmroos es un suerte de 'El diablo sobre ruedas' ambientado en la Minnesota de 'Fargo' que evoca al cine indie auspiciado por Jim Cummings. El de 'Thunder Road', 'El lobo de Snow Hollow', 'The Beta Test' o 'The Last Stop in Yuma County'.
Un cruce entre comedia negra, thriller criminal y cine de supervivencia que va tan al grano que acaba sabiendo a poco. Porque, a diferencia de clásicos de serie B como 'Carretera al infierno', ni se regodea ni se hace fuerte en nada que pueda hacer de ella algo memorable, particular o sustancial.
'El diablo sobre hielo' es lo que es de una manera muy sencilla y concreta. Tanto que, a pesar de su notable dirección de fotografía, acaba pareciendo más funcional que pragmática. Más simplona que directa. Muy entretenida, sí, pero más por corta duración e incomparecencia que otra cosa.
Por Juan Pairet Iglesias
Via: El séptimo arte
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