Los años pasan, los servidores caen... pero las páginas de 'Space Jam',
'El mundo perdido' o 'Wild Wild West' permanecen impertérritas.
Eran tiempos oscuros y lejanos: el correo electrónico resultaba novedoso hasta lo apabullante, los módems se enchufaban a la línea telefónica (y, a no ser que tu conexión fuese tope de gama, adiós a llamar o a recibir llamadas mientras estabas usándolos) y, en general, aquello de “internet” resultaba un reino tan distante y tan fantástico como la Tierra Media, habitado por informáticos macilentos que usaban términos como “marcos” o “campos meta” para hacer aquellas cosas llamadas “sitios” o “páginas”. Pese a tanto estupor, algunos avispados ejecutivos de Hollywood empezaron a tomar buena nota de la que se avecinaba… y así llegaron las primeras webs de películas. En concreto, llegó Stargate (1994), primer filme en disponer de un sitio web propio, seguido a corta distancia por Star Trek: Generations (del mismo año) y, ya en 1995, Batman y Robin.
La mayoría de esos sitios (incluyendo los tres que hemos citado arriba) han sido arrollados por el tiempo, y de ellos no queda ni un triste pantallazo. Aun así, esa expresión que reza “internet no olvida” tiene mucho de verdad: a continuación te presentamos cinco webs de películas que siguen impertérritas en sus servidores, promocionando estrenos que tuvieron lugar hace casi una veintena de años y ofreciendo un recuerdo conmovedor de cómo era la Red antes de Google, de YouTube, de las redes sociales y de un panorama, el actual, donde la promoción de una cinta (ya sea un título indie o el blockbuster más arrollador) no se entiende sin contenidos digitales.
Lleva en el ciberespacio desde… 1996. Apodada “el sitio web que no quería morir”, la representación de Space Jam en la Red fue un trabajo pionero en su momento, y es fácil ver por qué: en lugar de limitarse a ofrecer información sobre el encuentro de los Looney Tunes con Michael Jordan, la página involucraba al usuario (y futuro espectador) usando la iconografía de los dibujos de Warner Bros. (no sólo en sus menús, sino también en easter eggs y animaciones) y ofreciéndole minijuegos, fotos detrás de las cámaras y acceso temprano a los temas de la banda sonora, entre otras primicias. Desarrolladas, para colmo, en un tiempo en el que herramientas de desarrollo como la plataforma Flash estaban en pañales. Debido a su extrema longevidad, y a sus aspectos innovadores, la web de Space Jam se ha ganado fans con los años, y sigue generando una modesta (pero estimable) cantidad de tráfico. Honor y gloria a Don Buckley, el ejecutivo que coordinó a su equipo de diseñadores… sin entender ni papa de baloncesto.
Lleva en el ciberespacio desde… 1997. Cuando el concepto de “márketing viral” sonaba a resfriado con retortijones (y eso, en el mejor de los casos), Steven Spielberg dio luz verde a esta joyita, que promocionaba la secuela de Parque Jurásico con astucia sin igual. Al teclear la dirección del sitio, el usuario accedía (y accede) a una presunta intranet de la corporación InGen, donde consultar documentos internos de la compañía, fichas de personal y demás, todo ello repleto de pistas sobre la trama del filme. Es sólo navegando a través de estos menús que se llega a la página de El mundo perdido propiamente dicha, con notas de producción, fotos de rodaje y, por supuesto, perfiles de sus responsables: da mucha ternura observar la del hombre de la gorra y ver cómo ésta cita La lista de Schindler como su último trabajo estrenado hasta el momento. Mucho Jurassic World, mucho Chris Pratt y mucho Indominus Rex, pero, puestos a buscar restos paleontológicos (y digitales) éste nos parece extremadamente interesante.
Lleva en el ciberespacio desde… 1998. Cuando los protocolos de internet sean piezas de museo, cuando la Red de redes haya sido abandonada para siempre y todos nos comuniquemos con mensajes telepáticos directos a nuestros iBrains, las comedias románticas seguirán estando ahí… y las de Tom Hanks y Meg Ryan, con Nora Ephron dirigiendo, seguirán brillando como ejemplos señeros del género. Por lo pronto, la web asociada al segundo (y último) filme rodado por el trío sigue viva y bien a sus 17 años, agraciada además por una copiosa cantidad de encanto retro. Porque si Ephron había armado su remake de El bazar de las sorpresas (Ernst Lubitsch, 1940) en torno a un artefacto novedoso por entonces, como lo era el correo electrónico, esta página invita al usuario a espiar los mensajes que intercambiaban Joe Fox y Kathleen al incubar su romance. Además, ofrece regalitos a granel (¿te apetece un salvapantallas de Tom y Meg?), historias curiosas acerca del e-mail y de sus usuarios de la época, y una última sección con una lista de lecturas recomendadas, algo muy adecuado para un filme tan librero.
Lleva en el ciberespacio desde… 1999. Las carreras de Will Smith y Kenneth Branagh casi se van al traste tras este megabatacazo, basado en la añeja serie de TV Jim West y tras el cual Barry Sonnenfeld quedó condenado a dirigir nuevas entregas de Men In Black para los restos. Sobre las razones de dicho fracaso en taquilla no vamos a extendernos, pero sí apuntaremos que, a la hora de presentarse ante el público internauta, Wild Wild West optó por una sofisticada página web muy atractiva visualmente… pero de diseño horizontal. Tras una intro que lo describe como “una sólida construcción impulsada por la última tecnología a vapor”, el sitio nos obliga a tirar y tirar de la barra inferior de la ventana del navegador, merced a lo cual nos enteramos de que no sólo ofrece la información de costumbre (incluyendo una subweb para el villano Arlis Loveless y sus planes maléficos) sino también la posibilidad de participar en sus foros… y de suscribirnos a su servicio de correo electrónico. ¿Alguien se anima a hacerse una cuenta?
Lleva en el ciberespacio desde… 1999. ¿Buscabas reliquias? Pues aquí tienes una, y bien arcana por lo demás: la página de internet que sirvió de epicentro a una de las campañas de márketing viral más adelantadas a su tiempo (y más rentables) jamás lanzadas sigue en activo… aunque hay truco, porque la introducción al sitio (con un vídeo de Heather Donahue, tan desprevenida ella) y el menú de su home fueron remozados en 2009 para celebrar su décimo aniversario. Aun así, unos pocos clics de ratón te permiten acceder a la web que tentó a millones de espectadores hace 16 años, con todo aquel juego metaficcional de cronologías, fotos, vídeos y reportajes acerca de los cineastas perdidos, la bruja Elly Kedward y el asesino en serie Rustin Parr. Después de tantísimo tiempo, sabiendo ya dónde estaba el truco y tras el estreno de Blair Witch 2: El libro de sombras, la verdad es que la cosa resulta entrañable, y dista mucho de dar miedo. O tal vez no…
Via:cinemania
Eran tiempos oscuros y lejanos: el correo electrónico resultaba novedoso hasta lo apabullante, los módems se enchufaban a la línea telefónica (y, a no ser que tu conexión fuese tope de gama, adiós a llamar o a recibir llamadas mientras estabas usándolos) y, en general, aquello de “internet” resultaba un reino tan distante y tan fantástico como la Tierra Media, habitado por informáticos macilentos que usaban términos como “marcos” o “campos meta” para hacer aquellas cosas llamadas “sitios” o “páginas”. Pese a tanto estupor, algunos avispados ejecutivos de Hollywood empezaron a tomar buena nota de la que se avecinaba… y así llegaron las primeras webs de películas. En concreto, llegó Stargate (1994), primer filme en disponer de un sitio web propio, seguido a corta distancia por Star Trek: Generations (del mismo año) y, ya en 1995, Batman y Robin.
La mayoría de esos sitios (incluyendo los tres que hemos citado arriba) han sido arrollados por el tiempo, y de ellos no queda ni un triste pantallazo. Aun así, esa expresión que reza “internet no olvida” tiene mucho de verdad: a continuación te presentamos cinco webs de películas que siguen impertérritas en sus servidores, promocionando estrenos que tuvieron lugar hace casi una veintena de años y ofreciendo un recuerdo conmovedor de cómo era la Red antes de Google, de YouTube, de las redes sociales y de un panorama, el actual, donde la promoción de una cinta (ya sea un título indie o el blockbuster más arrollador) no se entiende sin contenidos digitales.
Space Jam
Lleva en el ciberespacio desde… 1996. Apodada “el sitio web que no quería morir”, la representación de Space Jam en la Red fue un trabajo pionero en su momento, y es fácil ver por qué: en lugar de limitarse a ofrecer información sobre el encuentro de los Looney Tunes con Michael Jordan, la página involucraba al usuario (y futuro espectador) usando la iconografía de los dibujos de Warner Bros. (no sólo en sus menús, sino también en easter eggs y animaciones) y ofreciéndole minijuegos, fotos detrás de las cámaras y acceso temprano a los temas de la banda sonora, entre otras primicias. Desarrolladas, para colmo, en un tiempo en el que herramientas de desarrollo como la plataforma Flash estaban en pañales. Debido a su extrema longevidad, y a sus aspectos innovadores, la web de Space Jam se ha ganado fans con los años, y sigue generando una modesta (pero estimable) cantidad de tráfico. Honor y gloria a Don Buckley, el ejecutivo que coordinó a su equipo de diseñadores… sin entender ni papa de baloncesto.
El mundo perdido (Jurassic Park)
Lleva en el ciberespacio desde… 1997. Cuando el concepto de “márketing viral” sonaba a resfriado con retortijones (y eso, en el mejor de los casos), Steven Spielberg dio luz verde a esta joyita, que promocionaba la secuela de Parque Jurásico con astucia sin igual. Al teclear la dirección del sitio, el usuario accedía (y accede) a una presunta intranet de la corporación InGen, donde consultar documentos internos de la compañía, fichas de personal y demás, todo ello repleto de pistas sobre la trama del filme. Es sólo navegando a través de estos menús que se llega a la página de El mundo perdido propiamente dicha, con notas de producción, fotos de rodaje y, por supuesto, perfiles de sus responsables: da mucha ternura observar la del hombre de la gorra y ver cómo ésta cita La lista de Schindler como su último trabajo estrenado hasta el momento. Mucho Jurassic World, mucho Chris Pratt y mucho Indominus Rex, pero, puestos a buscar restos paleontológicos (y digitales) éste nos parece extremadamente interesante.
Tienes un e-m@il
Lleva en el ciberespacio desde… 1998. Cuando los protocolos de internet sean piezas de museo, cuando la Red de redes haya sido abandonada para siempre y todos nos comuniquemos con mensajes telepáticos directos a nuestros iBrains, las comedias románticas seguirán estando ahí… y las de Tom Hanks y Meg Ryan, con Nora Ephron dirigiendo, seguirán brillando como ejemplos señeros del género. Por lo pronto, la web asociada al segundo (y último) filme rodado por el trío sigue viva y bien a sus 17 años, agraciada además por una copiosa cantidad de encanto retro. Porque si Ephron había armado su remake de El bazar de las sorpresas (Ernst Lubitsch, 1940) en torno a un artefacto novedoso por entonces, como lo era el correo electrónico, esta página invita al usuario a espiar los mensajes que intercambiaban Joe Fox y Kathleen al incubar su romance. Además, ofrece regalitos a granel (¿te apetece un salvapantallas de Tom y Meg?), historias curiosas acerca del e-mail y de sus usuarios de la época, y una última sección con una lista de lecturas recomendadas, algo muy adecuado para un filme tan librero.
Wild Wild West
Lleva en el ciberespacio desde… 1999. Las carreras de Will Smith y Kenneth Branagh casi se van al traste tras este megabatacazo, basado en la añeja serie de TV Jim West y tras el cual Barry Sonnenfeld quedó condenado a dirigir nuevas entregas de Men In Black para los restos. Sobre las razones de dicho fracaso en taquilla no vamos a extendernos, pero sí apuntaremos que, a la hora de presentarse ante el público internauta, Wild Wild West optó por una sofisticada página web muy atractiva visualmente… pero de diseño horizontal. Tras una intro que lo describe como “una sólida construcción impulsada por la última tecnología a vapor”, el sitio nos obliga a tirar y tirar de la barra inferior de la ventana del navegador, merced a lo cual nos enteramos de que no sólo ofrece la información de costumbre (incluyendo una subweb para el villano Arlis Loveless y sus planes maléficos) sino también la posibilidad de participar en sus foros… y de suscribirnos a su servicio de correo electrónico. ¿Alguien se anima a hacerse una cuenta?
El proyecto de la Bruja de Blair
Lleva en el ciberespacio desde… 1999. ¿Buscabas reliquias? Pues aquí tienes una, y bien arcana por lo demás: la página de internet que sirvió de epicentro a una de las campañas de márketing viral más adelantadas a su tiempo (y más rentables) jamás lanzadas sigue en activo… aunque hay truco, porque la introducción al sitio (con un vídeo de Heather Donahue, tan desprevenida ella) y el menú de su home fueron remozados en 2009 para celebrar su décimo aniversario. Aun así, unos pocos clics de ratón te permiten acceder a la web que tentó a millones de espectadores hace 16 años, con todo aquel juego metaficcional de cronologías, fotos, vídeos y reportajes acerca de los cineastas perdidos, la bruja Elly Kedward y el asesino en serie Rustin Parr. Después de tantísimo tiempo, sabiendo ya dónde estaba el truco y tras el estreno de Blair Witch 2: El libro de sombras, la verdad es que la cosa resulta entrañable, y dista mucho de dar miedo. O tal vez no…
Via:cinemania
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