Jeff Nichols se planta con un clásico en La Croisette. Mientras, Assayas decepciona.
De todas formas, Paterson, de Jim Jarmsuch sigue invadiendo nuestras cabezas. Al menos, la mía.
Hell or High Water, de David Mackenzie. La sección Un certain regard no siempre es fiable, pero la última de Mackenzie, Starred Up, era una buena razón para apurar la comida e ir a su pase de las dos de la tarde. La sorpresa fue de lo más divertida y agradecida. Chris Pine y Ben Foster son dos hermanos redneck texanos que quieren pagar las deudas de su madre recién muerta para dejar el rancho (con petróleo recién encontrado) a los hijos del pequeño (Pine). Y la manera que se les ocurre de conseguir el dinero es robando bancos. La película es una huida constante por el oeste de Texas. Una inmensidad de nada. De pueblos desiertos. Y gente armada. Perseguidos, sin saberlo, por dos rangers. Jeff Bridges, uno de ellos, disfruta cada instante y quiere que la persecución no acabe para retrasar su jubilación. Un thriller, western, drama que funciona sin peros, con humor y más inteligentemente de lo que parece al principio.
Personal Shopper, de Olivier Assayas. Los primeros abucheos de esta edición del Festival. Al menos los primeros que yo haya escuchado. Su incursión en el terror desde el misticismo de una médium en la intimidad, personal shopper a diario (Kristen Stewart) tiene demasiados problemas, demasiadas preguntas sin respuesta, pero tampoco interesa saberla. Lo bueno es que Assayas demuestra que no tiene ninguna intención de acomodarse. ¿Lo malo? Que en esta nos deja demasiado incómodos. Algo me dice que esta película será mañana la comidilla del Festival.
¿Y no me preguntáis a qué fiesta he ido? Otra tradición en Cannes cada vez más abandonada. No da el día para rastrear fiestas y volver al cine a las 8.30 de la mañana. Está siendo una edición más tranquila y rutinaria, a lo Paterson. Pero anoche tuve la suerte de pisar, con taconazo, la fiesta de Chopard. Con Diana Ross y DJ Mark Ronson amenizando la noche.
Paterson está tan arriba. Aunque según la revista Screen, Toni Erdmann alcanzó un récord de puntuación entre la crítica 3,8 sobre 4. Pero, claro, nosotros no somos el jurado.
Via:Cinemania
¿De qué se habla en Cannes hoy?
Del clásico que se ha marcado Jeff Nichols en Loving. Una de las charlas favoritas de la prensa internacional en cualquier festival es apostar por qué películas, actores, directores llegarán a los Oscar, por cuáles harán carrera de premios. Y Loving acaba de encabezarla. Aunque también nos equivocamos mucho en estas apuestas. El año pasado estábamos convencidos de que Carol era la película del año y de que llegaría lejos, y, como acabamos comprobando, se acabaron olvidando de ella en casi todos los grandes premios. Pero Loving no es Carol, es una historia real sobre un matrimonio interracial en los cincuenta y sesenta que logró que el suyo fuera reconocido en Virginia, donde estaba prohibido aún por las leyes esclavistas, y, además, lograron que el Supremo considerara el matrimonio un derecho para todas las razas. Con tal premisa es carne de Oscar y premios, pero además, la elección contenida de Nichols la convierte en una candidata merecida.De todas formas, Paterson, de Jim Jarmsuch sigue invadiendo nuestras cabezas. Al menos, la mía.
¿Qué hemos visto?
Loving, de Jeff Nichols. Uno de los romances más puros de la historia de EE UU. Así de claro lo ha dicho Nichols en la rueda de prensa. Por eso se quedó atrapado con la historia de Mildred y Richard Loving, un matrimonio interracial de Virginia, él un blanco de pelo rubio platino, ella, negra. Se casaron en Washington, donde era legal, y a su regreso a su casa fueron detenidos porque su unión iban contra la ley del estado, heredada aún del tiempo esclavista. La sentencia les obligó a abandonar Virginia durante 25 años si querían seguir juntos o no ir a la cárcel. Lo hicieron y a los cinco años del exilio, les contactó la unión de abogados de derechos civiles para llevar su caso hasta el Tribunal Supremo y cambiar las leyes en todo el país. Eso supuso que volvieran a su estado, siempre con el miedo y la sospecha de lo que podría pasarles allí. Pocos como Nichols retratan esa duda constante del peligro inminente que quizá nunca llegue a suceder. El director de Take Shelter o Mud elige centrarse en los Loving, en su historia de amor, y su familia, no en el caso judicial, para así redirigir el debate racial hacia las personas que lo sufren, pero sin señalarles como víctimas. En la contención está su mayor virtud para tratar un tema tantas veces visto en el cine. En la contención del director y también la de sus actores: Joel Edgerton y Ruth Negga.Hell or High Water, de David Mackenzie. La sección Un certain regard no siempre es fiable, pero la última de Mackenzie, Starred Up, era una buena razón para apurar la comida e ir a su pase de las dos de la tarde. La sorpresa fue de lo más divertida y agradecida. Chris Pine y Ben Foster son dos hermanos redneck texanos que quieren pagar las deudas de su madre recién muerta para dejar el rancho (con petróleo recién encontrado) a los hijos del pequeño (Pine). Y la manera que se les ocurre de conseguir el dinero es robando bancos. La película es una huida constante por el oeste de Texas. Una inmensidad de nada. De pueblos desiertos. Y gente armada. Perseguidos, sin saberlo, por dos rangers. Jeff Bridges, uno de ellos, disfruta cada instante y quiere que la persecución no acabe para retrasar su jubilación. Un thriller, western, drama que funciona sin peros, con humor y más inteligentemente de lo que parece al principio.
Personal Shopper, de Olivier Assayas. Los primeros abucheos de esta edición del Festival. Al menos los primeros que yo haya escuchado. Su incursión en el terror desde el misticismo de una médium en la intimidad, personal shopper a diario (Kristen Stewart) tiene demasiados problemas, demasiadas preguntas sin respuesta, pero tampoco interesa saberla. Lo bueno es que Assayas demuestra que no tiene ninguna intención de acomodarse. ¿Lo malo? Que en esta nos deja demasiado incómodos. Algo me dice que esta película será mañana la comidilla del Festival.
¿Qué te has perdido?
Mimosas, del gallego Oliver Laxe, en la Semana de la crítica. Y precisamente las críticas que se leían en Twitter después la aplaudían, comparándola con Jauja. Era un buen año para el cine español en Cannes. Ya lo dijimos.¿Qué has comido?
Una crêpe (ya era hora) de jamón, tomate, queso y pesto. Un poquito atragantada para llegar a Hell or High Water.¿Con quién has hablado?
Día libre de entrevistas. Muy agradecido para variar. Sí pude llegar a la rueda de prensa de Loving y escuchar a Jeff Nichols y sus dos actores sobre las previsiones de Oscar. Pero no me dio tiempo a presenciar la de Jim Jarmusch y Adam Driver por Paterson.¿Y no me preguntáis a qué fiesta he ido? Otra tradición en Cannes cada vez más abandonada. No da el día para rastrear fiestas y volver al cine a las 8.30 de la mañana. Está siendo una edición más tranquila y rutinaria, a lo Paterson. Pero anoche tuve la suerte de pisar, con taconazo, la fiesta de Chopard. Con Diana Ross y DJ Mark Ronson amenizando la noche.
¿Qué esperas de la jornada de mañana?
Almodóvar, Almodóvar y Almodóvar. Es el gran día de Julieta, partía como favorita antes de empezar el Festival. Ahora ya sabemos que, por ahora, tiene enormes contrincantes, pero quién sabe. Mañana en el teatro Lumière, a las ocho y media de la mañana, el veredicto. Además, charlaré con Nichols, Edgerton y Negga. Y habrá que ver la brasileña Aquarius, y Captain Fantastic, con Viggo Mortensen y Frank Langella.Palmómetro
Paterson está tan arriba. Aunque según la revista Screen, Toni Erdmann alcanzó un récord de puntuación entre la crítica 3,8 sobre 4. Pero, claro, nosotros no somos el jurado.
Via:Cinemania
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