'Assassin's Creed', la adaptación que necesitaba el cine de videojuegos

Hollywood lleva ya muchos años prestando especial atención al mundo de los videojuegos. Sus ventas millonarios y lo apasionados que pueden llegar a ser sus fans son el caldo de cultivo ideal para realizar adaptaciones millonarias con las que arrasar en taquilla. Al menos eso dice la teoría, pero luego son muy pocas las que han conseguido triunfar y en este caso resulta sencillo ver que parte de la culpa reside en el hecho de no ser buenas películas.
Como todo, es debatible si hasta ahora se había hecho alguna buena película a partir de un videojuego o no, pero en mi caso lo máximo que encontré fueron algunas propuestas aceptables y sin continuidad real. Eso hizo que, pese a que algunos de los implicados invitaban al optimismo, no tuviera demasiadas esperanzas depositadas en ‘Assassin´s Creed’, pero una vez vista puedo deciros que, con sus fallos, es la mejor película basada en un videojuego hasta ahora.

La aportación de Michael Fassbender

Assassins Creed Arco Michael Fassbender
Michael Fassbender ha sido el gran impulsor del proyecto, ya que no sólo protagoniza la película, pues también ejerce como
directorproductor y su opinión fue decisiva para volver a coincidir con Justin Kurzel tras ‘Macbeth’. Está claro que ha habido otras muchas voces que han dictaminado lo que ha acabado siendo ‘Assassin’s Creed’, pero en esta ocasión hay que ver en él mucho más que a la estrella que encabeza su reparto, aunque lo conveniente sea empezar por ello.
Fassbender asume en la película de forma muy convincente un doble papel con una vinculación directa: En el pasado luchando contra los intentos de la inquisición española por hacerse con algo que podría darles un poder absoluto y en el presente un simple asesino que va descubriendo progresivamente que es mucho más que eso. El viaje emocional se realiza en paralelo y eso hace comprensible que el presente tenga hasta más presencia que el pasado, ya que ahí es donde hay más cambios.
Eso puede provocar cierta insatisfacción por no ver más de esa aventura pura y dura que además consigue una dosis extra de credibilidad al haberse incluido la versión rodada en español -la idea de ver a Torquemada hablando en inglés sin motivo no encaja demasiado-, pero es que aquí no se ha apostado por hacer un relato individual, sino por dividirlo en varias entregas -sus responsables esperan hacer tres-, siendo ahí donde el presente adquiere una gran importancia.

Una decisión arriesgada

Combate Presente Assassins Creed
Dicho de ahora manera, la verdadera ‘Assassin’s Creed’ transcurre aquí en el presente y se busca ofrecer un relato cerrado asumiendo el imaginario del videojuego para proponer lo que debería ser el enfrentamiento definitivo entre templarios y asesinos. Como tal, estamos ante una introducción que juega primero al despiste con las motivaciones reales de los personajes, aunque no haya que ser un genio para ver en qué dirección está dispuesto todo.
Es ahí donde se percibe una ambición, seguramente motivada por el propio Fassbender queriendo ir más allá de un acercamiento “tradicional”, que acaba jugando tanto a favor como en contra. En lo positivo añade un mayor relieve a lo que sucede y permite establecer unos mejores lazos con el protagonista, pero a cambio hay algunos personajes muy desdibujados y la parte de la inquisición española, para la que se ha realizado un excelente esfuerzo de diseño de producción, pierde algo de fuerza.
Siendo claros, ‘Assassin’s Creed’ es la primera pieza del puzle y sus responsables saben tanto lo que quieren contar como los elementos claves que realmente les interesan de los videojuegos. A partir de ahí hacen una apuesta con una serie de virtudes y debilidades bastante claras, pero varias de las segundas pueden ser hasta algo buscado y que según avance el camino se vayan completando. Por suerte, no afectan de forma decisiva al verdadero eje, aunque sí lo afean un poco.

¿Por qué Justin Kurzel y no otro director?

Michael Fassbender Pasado Assassins Creed
Pasando a la puesta en escena quedan claros los motivos por los que Michael Fassbender quiso que Justin Kurzel la dirigiera tras coincidir en ‘Macbeth’, una película con una fuerza visual impresionante pero que luego presentaba una serie de dolencias narrativas que acababan convirtiéndola en una propuesta un tanto desigual. Todo eso es algo que se reproduce, aunque a menor escala, en ‘Assassin´s Creed’.
En lo visual, como es obvio, se nota que Kurzel ha tenido a su disposición un millonario presupuesto que se estima en 130 millones de dólares -aunque algunas fuentes lo elevan hasta los 200-, lo cual le permite añadir toda la espectacularidad posible al relato sin dejar de lado esa demostrada querencia por un clima visual diferente, casi irreal en ocasiones y que dota de una fuerza adicional a lo que sucede, incluso cuando se trata de una simple conversación.
Marion Cotillard Jeremy Irons Assassins Creed
Eso último está más atenuado aquí que en ‘Macbeth’, seguramente porque no ha tenido vía libre para hacer y deshacer a su antojo, pero es más que suficiente para dejar su sello y diferenciar a ‘Assassin’s Creed’ de una adaptación meramente funcional -también conocido como poner la cámara sin molestarse en hacer mucho más-, algo en lo que habrían caído muchos directores, ya fuera por decisión propia o por imposición del estudio.
De hecho, la presencia de Kurzel también se extiende al propio tratamiento de la historia, donde se perciben ciertas tensiones entre la necesidad de hacer una película masiva, con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva, con realizar algo con una voz propia. Aquí pienso sobre todo en mostrar una mayor personalidad dentro del gran espectáculo que tiene entre manos para, por ejemplo, dejar en español las escenas ambientadas en el pasado o negarse a que la acción engulla a los personajes y la historia.

’Assassin’s Creed’, intensidad mejor entendida

Villanos Assassins Creed
Todo ello redunda en que la película jamás pierda esa intensidad necesaria para que el ridículo no haga acto de presencia, algo que podría haber sucedido con relativa facilidad en varios momentos de haberse optado por un acercamiento más habitual al libreto de Michael Lesslie, Adam Cooper y Bill Collage. Además, es, en líneas generales, una intensidad convincente y no un ejemplo más de épica forzada.
No obstante, esa intensidad seguramente hubiera agradecido cierta relajación en algunos momentos. No pienso necesariamente en humor, que es lo que algunos asocian a este tipo de peticiones, pero sí un mayor sentido de la ligereza, porque parece que esa suele ser la apuesta habitual para combatir contra el hecho de que el espectador no es un jugador que pueda manejar a los personajes. Y sí, que te metan en la historia está muy bien, pero también hay que acordarse de hacernos disfrutar más.
Assassins Creed Michael Fassbender
De hecho, esa intensidad provoca que algunos personajes -pienso principalmente, aunque no únicamente, en el de Brendan Gleeson- acaben resultando, en el mejor de los casos, un tanto fallidos. Sí que su aportación es necesaria, pero no se muestra de una forma adecuada, llegando a provocar ciertos baches narrativos que, como ya mencionaba antes, me recordaban a lo que sucedió en ‘Macbeth’.
En cambio, se agradece su interés de Kurzel en que las escenas de acción sean lo más creíbles posibles, contando para ello con una gran implicación de su reparto. La única pega al respecto es que, en ocasiones, se producen ciertos cortes en el montaje un poco acelerados cuando aquí lo que realmente nos hubiera dejado con la boca abierta era mostrarlo todo más limpio -algo que sólo sucede en momentos muy puntuales-, llevándonos a creer cómo ha sido posible que hagan algo así, aunque se contase con especialistas para ello.

Otros detalles relevantes

Escena Assassins Creed Marion Cotillard Michael Fassbender
No deja de ser cierto que el resto de personajes son complementos mejor o peor construidos para Fassbender, pero al menos se percibe que no hay una tiranía absoluta y hasta se busca que varios de ellos tengan su propio espacio. No todos lo aprovechan igual de bien, pero sí que sirve para dar una mayor entidad a ‘Assassin’s Creed’ sin provocar que todo se diluya o que simplemente acabe siendo tan superficial que nada te importe.
Al respecto destacan las escenas compartidas con Marion Cotillard, aunque el interés de las mismas vaya de más a menos, y también los enfrentamientos con los villanos españoles, donde impera más lo físico que otra cosa. Con todo, no deja de ser lo que demandaba la historia y son también los momentos de mayor lucimiento visual, esos que algunos jugadores estarán deseando que lleguen por encima de cualquier historia que les estén contando.
Más allá de eso, el guion dista mucho de ser memorable y eso acaba siendo un lastre que el resto de responsables han de sortear lo mejor que pueden, prestando especial atención tanto a lo que define el universo a nivel conceptual -el animus, la memoria genética, etc.- como de desarrollo -la eterna lucha entre asesinos y templarios-. Podría ser mejor, sí, pero lo que hay merece la pena.


En definitiva, ‘Assassin’s Creed’ no es la gran película basada en videojuego que todos seguimos esperando que llegue algún día, pero sí es una cinta suficientemente interesante y entretenida como para tener fe tanto en lo que está por venir en la saga como en otras adaptaciones similares. Hasta ahora todas las recibía con muchas dudas y voy a seguir siendo receloso, pero también hay ya al menos un título que justifica cierto optimismo.

En Blogdecine: 17 películas basadas en videojuegos, ¿de verdad son todas malas?
En Vidaextra: Todo sobre los videojuegos de 'Assassin's Creed'

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