De la Perla Negra a Salazar: las cinco películas de 'Piratas del Caribe' y cómo han ido de más a menos
Ya hace casi quince años que apareció un proyecto Disney que generaba ciertas dudas entre los encargados del oráculo de Hollywood y su fábrica de ideas. ¿Una adaptación al cine de una atracción de Disneyland? El escepticismo era total. Fíjense qué tiempos, ahora adaptan al cine los emoticonos sin despeinarse. El experimento resultó un entretenimiento fresco, divertido y lleno de acción.
Luego, en el transcurso sus secuelas la franquicia pasó a ser un verdadero generador de dinero, pero en su interior se iba apagando hasta convertirse en una mera cáscara vacía de lo que le había hecho destacar en primer lugar. Sus mitologías improvisadas, el hartazgo de situaciones y mismas gracias ha hecho que se convierta en un mal chiste. Con ‘La venganza de Salazar’ pretenden insuflar vida nueva a sus piratas fantasma, pero como cualquier espectro, parece condenada a repetir lo mismo una y otra vez.
‘Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra’ (2003)
Uno de los pilares que redefinieron el estilo de blockbuster para los 2000, con Gore Verbinski, difrazándose del Sam Raimi más juguetón y aventurero, convenientemente lavado, eso sí, y recuperando las aventuras de Burt Lancaster y Errol Flynn. Un menú triunfador que consiguió que volviera el gran cine de aventuras pero que puso en evidencia el gran problema de estas mastodónticas películas de estudio. Su guion adolecía de una falta de ritmo y desconexiones entre Set Pieces propias de su fórmula y acumulación de subtramas.
‘Piratas del Caribe: El cofre del hombre muerto’ (2006)
Obviamente, esta segunda parte es la puesta de largo de Sparrow, quien superaba su condición de robaescenas para pasar a ser el verdadero protagonista para el público, que posteriormente se reconocería en los procesos de promoción. Mucho más pulida, grande y ambiciosa. Probablemente la mejor de la franquicia, su colección de monstruos tentaculares llenos de detalle servirían también de modelo en el resto de episodios.
‘Piratas del Caribe: En el fin del mundo’ (2007)
Hay una gran ausencia de acción y del pirata de Deep en la trama y, cuando aparece, resulta que ya se nos empezaba a atragantar un poquito. Ni el cameo de Keith Richards era tan gracioso como se vendía. Hay bastantes diálogos en bodegas pero eso sí, el último acto es una batalla de escala gigantesca, con grandes efectos, pero que llega en un punto en el que la mente se vuelve insensible a ellos. Recursos de guionistas agotados y la moda de clímax con batalla de la influencia del anillo único aun coleaban. El primer signo de que no hacía falta más.
‘Piratas del Caribe: en mareas misteriosas’ (2011)
La presencia de Penélope Cruz no parece que fuera el tónico que necesitaba una cuarta parte de una franquicia requemada. Algo ayuda McShane, y la secuencia de escaramuza con hermosas sirenas de vampiro, que está entre lo mejor de la saga, pero definitivamente, centrar todo el espectáculo en Johhny Deep, en plena decadencia personal y profesional, se hace profundamente tedioso. Su actuación sobreexplotada de mimo borracho ya sólo entretiene a los niños con umbral de tolerancia a la repetición bajo mínimos.
‘Piratas del Caribe: La venganza de Salazar’ (2017)
Estamos en 2017 y parece que el departamento que puede hacer rejuvenecer de forma increíble a Johnny Deep en un flashback no es capaz conectar a los personajes con el CGI, en la mayoría de secuencias. La acción es genérica, cualquiera diría que hoy, en una miniserie del montón ya se pueden ver este tipo de efectos. Quizá lo más reseñable sea una secuencia cómica con una guillotina, con un sentido del humor perverso del que lamentablemente adolece el resto de la aventura.
La trama es perezosa desenredando las motivaciones de cada uno de los personajes, y pese a que se hace más o menos entretenida, tiene un interés de ida y vuelta, coronado por una revelación patillera sobre personajes arbitrarios que cuesta creerse más que el torpón romance, totalmente impostado, entre las jóvenes y guapas incorporaciones. Hay sorpresas para el final que levantan la sonrisilla pero, en general, da la impresión de que ni la misma Disney se cree este intento de reflotar la franquicia. Esperemos que sea la última.
Via:blog de cine
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