El estreno de 'Asesinato en el Orient Express', nueva adaptación de la mítica novela de la gran reina de la literatura de suspense, Agatha Christie, supone un agradable regreso a las clásicas historias de whodunit, o quién-lo-hizo. Es decir, las tradicionales narraciones policiacas en las que hay uno o varios crímenes que son investigados entre abundantes sospechosos, y cuyo responsable acaba siendo revelado en un giro final que (si hay suerte) pillará al lector por sorpresa.
En estas historias hay dos elementos imprescindibles: un mínimo de un cadáver, y un detective. Un investigador sagaz e intelectualmente superior al resto de los personajes de la historia que husmea, interroga y busca pistas por el escenario del crimen (a menudo, como en 'Orient Express', limitado en el espacio). Estos personajes, los detectives profesionales o aficionados, son uno de los grandes tropos de las ficciones policiacas, y su presencia se remonta a los orígenes literarios del género.
O incluso más atrás. Hay quien dice que la primera narración detectivesca está nada menos que en la Biblia, en la historia de la Casta Susana, que fue acusada por dos viejos verdes de seducirles junto a un lago. Tuvo que venir el jovencísimo profeta Daniel (es decir, que no se adelantó a Sherlock Holmes, sino directamente a Los Cinco) a interrogarlos por separado y localizar inconsistencias en sus relatos para detectar su falsedad. ¡Menudo águila!
C.
Auguste Dupin, creación de Edgar Allan Poe y protagonista de obras
esenciales de la narración detectivesca como 'El escarabajo de oro',
sienta las bases del icono del investigador sagaz.
Esos son los mimbres sobre los que se sustenta el detective moderno, aunque hubo mutaciones del concepto. Por ejemplo, en los años veinte y treinta (la Edad de Oro de la Detective Fiction), el whodunit tomó forma gracias a autores como Agatha Christie, Dorothy L. Sayers, John Dickson Carr (maestro de otra variante detectivesca, los misterios de habitación cerrada), o Ellery Queen. También a principios del siglo XX, el detective se vio contaminado por los usos de la ficción pulp, y se convirtió en un investigador poco aconsejable, duro y acostumbrado a los bajos fondos: Dashiell Hammett, Mickey Spillane o Raymond Chandler crearon así a detectives tan famosos como Mike Hammer, Sam Spade o Philip Marlowe.
Todos ellos (y sus herederos, que derivaron el whodunit hacia las ficciones procedurales tan de moda hoy) han tenido abundantes translaciones a la gran pantalla. Hemos seleccionado algunos -solo algunos- de los más famosos detectives del cine, dejando de lado los detectives de la policía, que esos tienen su propia mitología. Unos tienen equivalentes literarios, otros han nacido directamente en el celuloide, pero sus ancestros literarios son obvios. Estos son los sabuesos más impertinentemente implacables de la historia del cine.
Guillermo de Baskerville
Síguele la pista en: 'El nombre de la rosa', la nada convencional adaptación de la novela de Umberto Eco que, ciertamente, tampoco es un whodunit convencional. Aunque, juguetona y posmoderna, se disfraza perfectamente como uno: cadáveres en extrañas circunstancias, misterios clásicos de habitaciones cerradas y armas inexistentes...
Nick y Nora Charles
Sígueles la pista en: 'La cena de los acusados' es la película que los unió en 1934, y el éxito fue tan descomunal que generó unas cuantas secuelas, con hombre delgado en el título pero otros casos por solventar. Ninguna como la primera, pero todas tienen diálogos chispeantes y una ligereza absolutamente cautivadora.
J.J. Gittes
Síguele la pista en: 'Chinatown' y, además, 'Las dos caras', dirigida esta vez por Jack Nicholson y con un nuevo y estupendo guion de Robert Towne. Se planeaba una tercera entrega, pero nunca llegó debido al tremebundo fracaso de taquilla de 'Las dos caras'
Sherlock Holmes
Síguele la pista en: Multitud de fuentes. De la deliciosa versión animada de Miyazaki a las dos soberbias películas protagonizadas por Robert Downey Jr, pasando por la reciente serie de la BBC o el que para muchos es el golpe definitivo al icono holmesiano: la impresionante 'La vida privada de Sherlock Holmes' de Billy Wilder, quizás la mejor película de su director.
Holland March y Jackson Healy
Sígueles la pista en: 'Dos buenos tipos', absoluta obra maestra de diálogos certeros, trama insuperable e interpretaciones de antología a cargo de Russell Crowe y Ryan Gosling, que investigan la muerte misteriosa de una estrella porno y la desaparición de una chica. Abusivo y descontrolado uno, padre lamentable que se marea al ver sangre el otro, el misterio que les rodea es tan sólido como desternillante, en una de las mejores películas de detectives de los últimos tiempos.
Phillip Marlowe
Síguele la pista en: Muchas y muy variadas encarnaciones (de Robert Montgomery a James Garner, pasando por Robert Mitchum), más diversas que las que han disfrutado otros detectives más populares como Poirot. Destacan, sin duda, el Bogart de 'El sueño eterno' y la versión semiparódica de Elliot Gould que dirigió Robert Altman en 'Un largo adiós', en 1973.
Miss Marple
Síguele la pista en: Miss Marple carece de películas tan icónicas como 'Asesinato en el Orient Express' o 'Muerte en el Nilo', aunque son muy destacables cosas como 'El tren de las 4:50' o 'El espejo roto'. Aunque si por algo recordamos a Miss Marple es por ser la base de inspiración de una de nuestras detectives aficionadas favoritas, la imbatible Jessica Fletcher de 'Se ha escrito un crimen', inspirada también en buena parte, cómo no, en la propia Agatha Christie. ¡Grandes damas del crimen!
Mystery, Inc.
Sígueles la pista en: Por supuesto, en la serie original de 'Scooby-Doo' y sus muchas mutaciones, pero en el cine los encuentras en dos largometrajes dirigidos por el infalible James Gunn. El primero de ellos, especialmente, tiene un villano de los de lavar traumas infantiles de un plumazo.
Hércules Poirot
Síguele la pista en: Con 41 libros originales, algunos de ellos adaptados en varias ocasiones, las películas en las que aparece rozan la decena, a lo que se suma una serie de televisión propia e innumerables obras de teatro. Destacan las encarnaciones de Albert Finney y Peter Ustinov, a quienes podemos añadir el flamante Kenneth Branagh y su nuevo 'Asesinato en el Orient Express'.
Sam Spade
Síguele la pista en: El Spade de Humphrey Bogart en 'El halcón maltés' (la de 1941, segunda vez que se adaptaba la novela) no solo marcó la imagen del detective de Hammett para siempre, sino el de todos los detectives de cine negro venideros, ya que puso el acento en la parte oscura del personaje, más expeditivo, seco y sarcástico que el original.
Eddie Valiant
Síguele la pista en: '¿Quién engañó a Roger Rabbit?', la mezcla más perfecta de dibujos animados y actores reales jamás rodada, y que no solo es un portento técnico, sino un homenaje al Hollywood clásico y sus resortes narrativos (entre ellos, el detectivesco) que no se agota nunca.
Ace Ventura
Síguele la pista en: 'Ace Ventura, detective de mascotas' y 'Ace Ventura: Operación África' no son solo dos tesoros para los amantes de la comedia excesiva. Como comedias de misterio funcionan a la perfección, y ese curioso espíritu de whodunit pasado de moda se ha ido conservando en las otras encarnaciones del personaje, de los dibujos animados a los videojuegos.
Daryl Zero
Síguele la pista en: 'El efecto cero' (1998) fue la única aventura de Daryl Zero en la pantalla, y es una de las películas detectivescas de culto por excelencia de los noventa gracias a su humor esquinado y a la química entre los protagonistas. En 2002 se habló de una serie de televisión protagonizada por Alan Cumming, pero no llegó a fructificar.
Via:espinof
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