Que Woody Allen es uno de los autores más prolíficos en activo no es ninguna novedad. Tras estrenar en 1982 su undécimo largometraje, titulado 'La comedia sexual de una noche de verano', el mítico cineasta neoyorquino no ha descansado un sólo año, estrenando —como mínimo— una película anualmente hasta este 2018 en el que debería salir a la luz su 'A Rainy Day in New York'.
Pero los últimos rumores apuntan a que Allen podría verse obligado a tomar su primer descanso en los últimos 35 años. Una pausa forzada en su carrera que, según informa The Page Six, podría deberse a los serios problemas por los que estaría pasando el director a la hora de encontrar financiación para sus proyectos en desarrollo.
"El movimiento #MeToo, irónicamente encabezado por su hijo Ronan Farrow, ha herido al autor, quien fue acusado por su hija adoptiva, Dylan Farrow, de abusar de ella hace 26 años. Allen nunca fue formalmente acusado de ningún crimen, aunque un juez en el caso de la custodia de los hijos de Allen contra Mia Farrow tildó el comportamiento de Allen hacia Dylan de 'sumamente inapropiado'".Según un productor de Hollywood anónimo citado por el artículo original, "Woody siempre tuvo grandes actores. Estrellas que trabajarían porque eso les daría prestigio, pero con el movimiento #MeToo, ahora es tóxico". Una afirmación que encaja perfectamente con las acciones de Timothée Chalamet, Griffin Newman y Rebecca Hall; quienes anunciaron que donarían sus sueldos de 'A Rainy Day in New York' a varias organizaciones de apoyo a víctimas de abusos sexuales.
Según ha matizado la fuente de la información: "Sus películas [de Allen] no son rentables. Durante años ha estado saltando de un inversionista a otro. Incluso fue a Europa, pero se ha quedado sin opciones".
Vía | The Page Six
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