La cadena de cines UGC es uno de los gigantes de la distribución en salas y uno de los más reconocibles de Europa. Fundada en Francia en 1941, la cadena tiene el grueso de sus pantallas en Francia, con más de 350 pantallas en cerca de 40 cines. UGC es una de las grandes innovadoras y pioneras a la hora de afrontar y plantar cara a la cada vez más alarmante caída de espectadores de las salas de cine. Y lo hacen de la mejor forma posible: ofreciéndolas a un precio muy, muy asequible.
El precio de la entrada
Pero UGC no solo vive de tarifa plana, plan que viene a ser la guinda del asunto, y existen muchas opciones diferentes para acceder a un estreno, reposición o a lo que surja, porque aquí siempre están haciendo cosas en los cines, que van más allá de los descuentos a los mayores de sesenta o a los infantiles, aunque es estimable la bajada de los precios en las salas de cine españolas. En ese sentido, España se marca un tanto a favor, con un precio medio de 7€ por entrada.
Volviendo a UGC, las tarifas reducidas para estudiantes o menores de
18 años (previa identificación) son de 9€ y los grupos escolares tienen
la misma tarifa que las funciones matinales. Además, una vez al mes, la
cadena organiza UGC KULT, rescatando clásicos de cualquier época y proyectando en 35mm títulos como ‘Psicosis’, ‘El gran Lebowski’ o ‘Heat’.
Las guerra de las salas
Existen, además, diferentes tarifas recargables, como la tarjeta del metro. La fórmula UGC 5 asciende a 30€ y ofrece cinco entradas mensuales. Nada mal, ya que sale a más de una vez por semana. Pero hay letra pequeña: deben ser pases a partir de las 18:30 de la tarde. Esto que podría parecer un inconveniente en realidad es una ventaja, ya que las entradas a 6€ (el precio por entrada con este abono) son las de las sesiones matinales.La fórmula UGC 7 ofrece igualmente cinco entradas utilizables cualquier día de la semana a cualquier hora. Su precio es de 39€, con lo que sale cada entrada a algo más de 7 euros y medio.
¿El truco? Pues que en Bruselas (por ejemplo) apenas hay competencia. Un par o tres de salas más (maravillosas) que compiten como pueden ante el gigante. Asientos reclinables, “sofás” para parejas, servicio de bar… ver una película en una ciudad tan llena de cultura mantiene el estatus de “ritual” que poco a poco vamos perdiendo.
Ahora toca que MoviePass mueva ficha y las salas nacionales acojan la propuesta con los brazos abiertos. Fácil no será, porque UGC hace años que salió huyendo de España. ¿Lo conseguirá MoviePass o terminaremos por convertir los cines que nos quedan en restaurantes y franquicias?
Via:espinof
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