'Vida privada' se enreda con un retrato matrimonial que acaban salvando Paul Giamatti y Kathryn Hahn

No hay exoplaneta que supere jugar
A menudo nos quejamos de la falta de originalidad en el cine (sobre todo cuando se habla de Hollywood) pero si dejamos de lado los grandes estrenos que aspiran a triunfar comercialmente, lo cierto es que hay una numerosas obras de autores que quieren contar sus historias, por muy sencillas o humildes que sean. 'Vida privada' ('Private Life'), estrenada recientemente en Netflix, aborda un tema poco explorado.

Tanto en la vida como en la ficción, que a menudo condiciona nuestra forma de entender el mundo, tenemos una sucesión de eventos interiorizada que va más o menos: tienes una pareja, la relación se consolida, te casas, tienes descendencia y cumples con el ciclo de la vida. Pero puede ocurrir que el embarazo no llega, atascando el plan y bloqueando a la pareja. Esto le ocurrió a la guionista y directora Tamara Jenkins, que quiso plasmarlo en su nuevo film.
Tamara Jenkins en el rodaje de Vida Privada Tamara Jenkins (izquierda) en el rodaje de Vida Privada

Kathryn Hahn y Paul Giamatti interpretan a un matrimonio que intenta ampliar la familia, sin suerte. Tras fracasar la vía natural, acuden a métodos artificiales e intentan adoptar. El objetivo de ser padres se convierte en una gran preocupación y obsesión de los protagonistas, la meta sobre la que gira toda su vida. Y no tienen garantías de que vaya a ocurrir...

La película plasma su frustración después de diferentes procedimientos, el estrés al ver que nada funciona, la incómoda rutina de visitas al médico o las inyecciones, la vergüenza de pedir dinero a familiares, la incomprensión de los demás, que los aísla, y cómo todo lo que va pasando comienza a resultar insoportable. Su relación se agrieta, inevitablemente.

Jenkins afirma que, por encima de todo, 'Vida privada' gira en torno a un matrimonio. Ojalá fuese así. Desearía que la cineasta hubiera entendido que lo interesante de su relato son sus dos personajes protagonistas, sus conflictos, sus discusiones y los esfuerzos por llevar adelante la vida que han planeado. En lugar de eso, divide la atención para seguir a otros personajes; la película se le va de las manos y se diluye, provocando aburrimiento.
Enfoca a otro matrimonio, encarnado por Molly Shannon y John Carroll Lynch, que además de funcionar como contrapunto de los protagonistas ayuda a entender de dónde viene el personaje de Kayli Carter, clave en la historia. La comparación de las dos parejas, de sus vidas y sus ideas, podría ser un recurso interesante pero está hecho de tal forma que se convierte en una traba; no hay un verdadero conflicto, Jenkins elige a la pareja buena y ridiculiza a la otra. Y mientras consumes obviedades, vas mirando el reloj...

El mensaje es evidente: apoya e intenta entender a tus hijos, siempre, si no quieres perderlos. La joven a la que da vida Carter se refugia en la pareja sin hijos, la idolatra, son sus padres ideales (podría iniciar un diálogo sobre el verdadero sentido de la paternidad pero no se plantea en pantalla). Esta relación tan cercana permite dar con una solución desesperada y extraña, pero que podría funcionar. Están tan concentrados en lo que no tienen, que no aprecian lo que sí tienen.

Kathryn Hahn y Paul Giamatti consiguen que 'Vida privada' merezca la pena

Tamara Jenkins, que vuelve a dirigir 11 años después de 'La familia Savages' ('The Savages'), intenta crear un relato diferente y único pero acaba recurriendo a soluciones narrativas tan gastadas como intercalar transiciones de "grabaciones caseras" que pretenden capturar momentos felices. Se siente falso e innecesario. O esos montajes rápidos de reuniones donde los personajes no paran de reírse sin que sepamos por qué, preparando el terreno para el previsible momento incómodo.

Pienso que dejando el metraje en unos 90 minutos y centrándose más en los protagonistas, 'Vida privada' resultaría más interesante. Pese a todo, creo que merece la pena verla por los actores, sobre todo por Hahn y Giamatti, que están fantásticos; dan ganas de ver cómo sigue su historia. También, como decia al inicio, se agradecen este tipo de películas que se salen de lo corriente, aunque no resulten tan redondas como pretenden sus autores.
Vida Privada (Private Life)

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