
En Hollywood parecen haber perdido el interés en estas películas y la plataforma las ha acogido con entusiasmo, sobre todo tras el gran éxito de algunas de ellas. La última en llegar por ahora ha sido ‘Quizás para siempre’, la cual contaba con la particularidad de integrar la cultura asiática dentro de un relato que por lo demás tiende a seguir el camino habitual de este tipo de propuestas. Lo hace con soltura para convertirse en una obra agradable siempre que no le pidas peras al olmo.
Convencional pero agradable

A nivel argumental no esperéis nada que se aleje de los clichés del
género, con una pareja conociéndose para luego separarse y que todo esté
encamino a sortear los diferentes obstáculos que surgen -algunos
puestos por ellos mismos- para que acaben juntos tal y como sea el
público. La clave está en conseguir que esto último suceda y es ahí donde encontramos el primer acierto de ‘Quizás para siempre’.
Es habitual dar mayor presencia al humor durante el inicio para ganarse la simpatía del público, por lo que no es una sorpresa su presencia en el caso de ‘Quizás para siempre’, pero incluso entonces se busca un equilibrio con lo dramático, siendo eso lo que fuerza la separación vital de sus protagonistas. Además, eso es algo que se mantendrá a lo largo de todo el metraje, dando mayor o menor presencia a la comedia según la ocasión lo requiera pero sin relegarla en ningún momento a la irrelevancia.
Entrañable en su justa medida

Eso también tiene su contrapartida, ya que los diferentes conflictos que surgen a lo largo de la película nunca llegan a tener la intensidad idónea
para hacer dudar al espectador de que todo va a acabar como si nada en
apenas unos minutos o directamente en la siguiente secuencia. Está todo
muy medido para que sea fácil de digerir por parte de cualquier
espectador de tal forma que siempre quede un sabor de boca agradable,
potenciando lo entrañable por encima de cualquier otra cosa.

Esto se eleva por encima de los méritos reales de un libreto funcional en el mejor de los casos y que además limita su singularidad cultural a pequeños detalles aquí y allá cuando por ahí podría haberse diferenciado mejor de multitud de propuestas similares. Al final lo que nos queda es que es un producto intercambiable, sí, pero al menos ofrece lo suficiente tanto en términos de romance como de comedia para que uno disfrute con su visionado.
En definitiva, ‘Quizás para siempre’ no es una comedia romántica revolucionaria, pero sí que sabe manejar los lugares comunes del subgénero para ofrecer una efectivo y encantador pasatiempo aderezado por un cameo de lujo como el de Keanu Reeves. Para ver, pasar un rato agradable y olvidarte de ella poco después, eso sí.
Via:espinof
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