Acaba de estrenarse en Prime Video un thriller psicológico potente que es también un prometedor debut en la dirección
El thriller o la película de terror con alegoría directa se ha vuelto un terreno muy explotado a raíz del concepto “elevado” volviéndose cada vez más conocido y también por el éxito de ‘Déjame salir’. Tanto en términos comerciales como de prestigio, la película de Jordan Peele se ha vuelto un modelo a imitar, aunque no tanto a seguir en aquello que sobresalía.
Tampoco es un drama, no todas las películas tienen que ser una experiencia transformativa si son capaces de ser una sensorial. Ciertamente muchas copias no consiguieron ni lo uno ni lo otro por querer demasiado fuerte su mensaje en lugar de la manera de contarlo. Algo que, por suerte, entendió correctamente la reciente ‘Parpadea dos veces’.
La isla del miedo
Frida y su compañera de piso trabajan de camareras en una gala de recaudación de fondos, y la primera no puede evitar fijarse en la presencia del millonario magnate tecnológico Slater King, que vuelve al ojo público tras un escándalo que provocó su retirada parcial. Frida consigue acercarse lo suficiente para captar la atención de Slater, que la invita de manera impulsiva a su isla privada para una experiencia intensa sin fin. Una que tendrá consecuencias inesperadas.
El relato que establece Kravitz no cuenta con especiales dobleces, dejando claro los elementos aterradores de un determinado grupo de personajes desde el planteamiento y también el casting de secundarios. Un misterio a plena vista donde renuncia a sutilezas para machacar con el martillo allí donde considera importante.
‘Parpadea dos veces’: debut estimulante
No es difícil establecer la temática de la isla del placer con casos como el de Jeffrey Epstein, y Kravitz emplea ese conocimiento para ir directamente a la experiencia de sus protagonistas, desprovistas de control. Con un uso bastante prominente del montaje y del sonido nos acerca a su perspectiva y hace más estimulante el viaje.
Al no pretender tener una retahíla de sorpresas bajo la manga y optando por la experiencia directa, ‘Parpadea dos veces’ consigue ser más trepidante en su viaje, que ofrece 100 minutos de buen bombardeo sensorial. Una película que muestra a una cineasta prometedora, mostrando un buen entendimiento y uso de las técnicas, y que funciona sin complicarse en exceso. Eso sí, su mayor pecado es no mantener el título original de ‘Pussy Island’.
Texto: Pedro Gallego Foto/Via. Espinof
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