Nunca tuvo sentido que hicieran más de una temporada de 'El juego del calamar'. Creo que convertirla en franquicia es un error que traiciona su mensaje original
Cuando se estrenó en 2021, 'El juego del calamar' fue un bombazo inesperado y generó un revuelo incapaz de frenarse. Su mezcla de thriller sangriento, crítica social y tensión constante convirtió a la serie surcoreana en un fenómeno cultural sin precedentes, pero más allá de su éxito, lo que realmente la distinguía era su contundencia narrativa. Porque tenía una historia cerrada potente y un mensaje muy contundente. Aunque este último ha perdido fuerza por no saber cuándo parar a tiempo.
Porque cuando algo funciona, el instinto de muchas plataformas es exprimirlo al máximo y en este caso Netflix no dejó pasar la oportunidad, haciendo lo propio con 'El juego del calamar', que en el proceso ha perdido el encanto que tenía.
El resultado, al menos hasta ahora, ha sido una serie que parece haber perdido parte de su identidad. Y aunque haya generado muchísima expectación, cada nueva entrega de la serie creada por Lee Jung-jae me ha dejado con la sensación de que quizá nunca debió continuar.
La fuerza se diluye
Cuando se estrenaron las temporadas 2 y 3 (que quizá lo hicieron de una forma muy seguida sabiendo que no tendrían el mismo impacto que la primera), se intentó expandir el universo. No obstante, por el camino se acabó perdiendo parte del magnetismo inicial. El cambio de formato en la segunda entrega molestó a muchos fans, ya que redujo los juegos sangrientos para centrarse en la conspiración interna del sistema y el arco de redención de Gi-hun. Y aunque la tercera temporada recuperó la acción que se echaba en falta, el tono ya era más frío y el resultado ha sido desigual.
El final, además, ha sido desolador, sin dejar espacio para la esperanza ni la catarsis. Y parece que la plataforma no soltará esta máquina de hacer dinero tan pronto, porque acaba de confirmarse una expansión internacional ('El juego del calamar: América').
Estirando un chicle sin sabor
A pesar de que la historia principal haya terminado, el universo de 'El juego del calamar' seguirá creciendo. Netflix ya ha probado suerte con el reality 'The Challenge' y también prepara otros proyectos derivados, como la mencionada versión estadounidense, que estará dirigida por David Fincher.
Pero la gran pregunta es si este tipo de expansiones podrán mantener la esencia o si simplemente están exprimiendo un concepto que funcionaba precisamente por su contundente sencillez. Porque quizá la verdadera revolución habría sido saber parar a tiempo.
Puede que haya interés por ver cómo continúa la historia, descubrir qué nuevas pruebas mortales se inventan o qué misterios quedan por resolver, pero lo que hizo que 'El juego del calamar' fuese tan impactante fue precisamente su condición de historia autocontenida y su contundencia. Al estirarla para convertirla en saga, no solo se pierde parte de su fuerza, sino que también se diluye el trasfondo. Al final, parece irónico que empezase siendo una serie que criticaba la explotación despiadada del individuo para terminar pareciéndose al sistema al que tanto criticaba.
Texto; Belén Prieto Foto/Via. Espinof
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