Sitges 2025 - Parte IV


 Bienvenidos a la cuarta de las crónicas que iremos dedicando día tras día a la edición número 58 del Festival Internacional de Cine Fantástico de Sitges.

 

'La vida de Chuck' - La última película de Mike Flanagan no es una excepción. Al igual que lo vienen a ser casi todas las anteriores, es una fallida obra repleta de buenas intenciones. Ese sempiterno "le falta algo" que a menudo no somos capaces de concretar, siendo 'La vida de Chuck' una película "interesante" sobre el papel cuyo arriesgado y valiente planteamiento se encuentra con una ejecución desigual y discontinua. 'La vida de Chuck' está formada por tres historias que en realidad son solo una que, a su vez, pueden ser las de muchas otras personas. "¿Quién es Chuck?" se preguntan Chiwetel Ejiofor y Karen Gillan en la primera, mientras que en la segunda Tom Hiddleston le pone cara. "¿Quién será Chuck?" se pregunta Mark Hammill en la tercera y última que, en realidad, en orden cronológico... (Clic aquí para leer su crítica completa). ****** 

 

'Singular' - Hay una cosa que valoro muy positivamente de la segunda película de Alberto Gastesi: que no se haga la sorprendida cuando se confirma el giro que uno asume de inmediato como la base del relato. Es cierto que a partir de ahí, quizá por eso mismo, luego se empeña demasiado en rizar el rizo, algo que no termina de sentarle bien. Y es que como el relato fantástico minimalista y sustentado en muy pocos elementos que es, habría ganado enteros haciéndose fuerte en sus implicaciones dramáticas. Porque está visto que jugar a la sorpresa no es lo suyo; porque Patricia López Arnaiz y Javier Rey se lo podrían haber apañado. Porque no deja de ser un episodio de 'Black Mirror' un tanto estirado y demasiado contemplativo cuya solemne pretenciosidad, más que una elección para ser parece una necesidad para sobrevivir. ******

 

'Exit 8' - Intenta detectar alguna anomalia. Si vez una, vuelve atrás. Si no ves ninguna, continúa avanzando. Toma la salida 8. La adaptación cinematográfica del videojuego creado por Kotake Create es una película bastante curiosa e intrigante. Salvo que conozcas de antemano el original, del que es una traslación fiel y acertada, cuesta predecir hacia dónde va, toda vez que sus movimientos resultan tan intrigantes como al mismo tiempo caprichosos y casuales. Como si cualquier cosa valiese para dar sentido a un argumento sobre el papel tan tonto: un hombre atrapado en un pasillo del metro. Pero es que es tal cual suena, siendo que la elegante puesta en escena de Genki Kawamura logra que "dicha tontuna" aguante de manera constante durante 90 minutos... sin que además, parezca ninguna tontería. E incluso tenga fundamento y sentido. ******* 

 

'Good Boy' - Hace unos meses se estrenó 'Presence', película de Steven Soderbergh a la que, precisamente, haciendo honor a su título, le faltaba algo más de "presencia". De fuerza. De empaque. Una "película de fantasmas" que muestra la historia desde el punto de vista del "fantasma". 'Good Boy' es también una "película de fantasmas", y en este caso muestra la historia desde el punto de vista del "perro". Como suena, siendo no obstante un planteamiento que está respaldado y fundamentado de manera dramática. No es un capricho. Hay un porqué. Un porqué que da para 68 minutos de reloj, tan distraídos como condicionados por la propia evidencia de su planteamiento: el protagonista es un perro. Un perro que no es como el de las pelis para críos. No habla. Y no hace... (Clic aquí para leer su crítica completa). ******

 

'Esa cosa con alas' - "La del pájaro negro" es una especie de cruce entre 'Un monstruo viene a verme' y 'Tuesday' con ecos a Edgar Allan Poe, un tono a lo 'Babadook' y un Benedict Cumberbatch que no está mal ni en películas como 'Los Rose'. Que conste que esta última no es una referencia, sino la constatación de que el actor no puede hacer milagros. Como el que no es la adaptacion cinematográfica de la novela de Max Porter, ni tampoco la actuación de un Cumberbatch tan solvente como en él es habitual. Sin riesgo no hay gloria, pero tampoco hay gloria sin acierto. Dylan Southern viste de terror un drama psicológico entre la fantasía y la realidad lastrado por una insistente, subrayada y repetitiva literalidad no exenta de interés, pero de una armonía reñida consigo misma que, a la postre, resulta tan estimulante como frustrante. ******

 

Continuará...

Por Juan Pairet Iglesias

Via: El séptimo arte

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